La primera cuestión que refiere a la planificación para continuar con los aprendizajes escolares y, ante los tiempos que se acortaron, fue necesario realizar una selección y priorización[2] de contenidos. Desde el Consejo General de Educación llegaron documentos orientativos en ese aspecto, entre otros, denominados “Contenidos en Casa”. También, desde el Estado Nacional, enviaron una serie de cuadernillos “Seguimos Educando”. Respecto a estos últimos, en el nivel primario, expresó una Vicedirectora: Llegaron tarde, pues ya habíamos diseñado estrategias didácticas de enseñanza para la no presencialidad. En ambos niveles, si bien en algunas escuelas los entregaron, al poco tiempo se dieron cuenta de que no eran adecuados para los estudiantes, en otras los tomaron como punto de referencia y adaptaron las actividades. En todos los casos coincidieron en que no eran apropiados, especialmente en relación al lenguaje, la redacción de consignas y la complejidad de los contenidos, aunque fueron útiles para orientar el trabajo y, en el inicio de la no presencialidad, para aquellos estudiantes con problemas de conectividad, que los utilizaron en un tiempo acotado hasta ser reemplazados por material elaborado en la institución.
En el nivel secundario, el rol de la Asesoría fue clave en la organización pedagógico didáctica en las tres modalidades que se dieron: la no presencialidad, la bimodalidad y el retorno a la presencialidad plena.
En el primer trimestre del 2021 se establece el retorno controlado hacia la presencialidad. El Consejo General de Educación dispone una serie de resoluciones que van a ordenar la forma del cuidado de la salud en los edificios escolares, así como los aspectos pedagógicos a tener en cuenta.
En la Res 0161/21 CGE, se especifica: “…la escolaridad combinada o mixta consiste en la alternancia de grupos de estudiantes, entre tiempos de presencialidad y de no presencialidad, a fin de garantizar el cumplimiento de las normas de distanciamiento social establecidas en los protocolos. Este nuevo modo de escolaridad requiere un minucioso trabajo de planificación didáctica que permita maximizar los tiempos presenciales en los que se desarrollarán explicaciones, retroalimentación y diversas prácticas sobre ámbitos de aprendizajes, contenidos, consignas y/o actividades que los estudiantes realizarán en el tiempo de la no presencialidad en la escuela”.
La realidad de las instituciones fue disímil. La sugerencia era la de alternancia semanal, es decir una semana presencial y una no presencial, alternando burbujas de estudiantes que permitieran el distanciamiento social.
Pero la realidad de algunas instituciones no permitía este ordenamiento dado que: tenemos el gran problema de las inasistencias, refería una Asesora Pedagógica, el gran problema de ellos (estudiantes) es la continuidad, la permanencia. Ante esa situación se tomaron diversas decisiones, en algunos casos dividir la mañana en dos y que cada burbuja asista al menos la mitad de la jornada, pero en forma continua. En otros casos la alternancia se resolvió día por día. También contaba una Vicedirectora, cuya institución es de jornada extendida: se optó por utilizar los tiempos destinados a talleres para que los estudiantes asistieran todos los días a la escuela, alternando burbujas y tiempos.
Al decir de una Asesora Pedagógica: sacamos todo el potencial posible a la presencialidad. Nosotros priorizamos el estar en la escuela y expresó otra colega: no estaba dando resultados la alternancia y suspender las clases. En esta comunidad las inasistencias son un problema. Suspender las clases grupales por burbujas, semana por medio, hacía que los estudiantes dejen de asistir (esto fue una constante en las escuelas de zonas con mayor vulnerabilidad)
La readecuación de tiempos y espacios se debió romper pasada la mitad del año y de un día para otro los estudiantes y docentes estuvieron todos juntos en la escuela. Se retornó a la presencialidad plena y, nuevamente, hubo que reorganizar las instituciones. Fue notorio, decían las referentes, como las aulas se dividían según las burbujas. En algunos casos, los y las estudiantes nunca se habían conocido, como por ejemplo el de los ingresantes a los primeros años. Esta situación llevó también a pensar y llevar adelante estrategias de vinculación entre los grupos del aula.
La mirada era que todo volvía a la normalidad, pero como expresó una Vicerrectora: esa normalidad ya no existe, ahora es una nueva realidad. Otra, la graficó de este modo: se nos quemaron los papeles.
Y agregan: la realidad de este tiempo transcurrido mostró que, si antes el aprendizaje era diverso, después de un año de no presencialidad y luego bimodalidad, la disparidad en algunos casos fue abismal. Las situaciones a resolver eran múltiples, en especial, porque si bien se percibía falta de acompañamiento familiar, con la pandemia se evidenció claramente. Se dieron dos situaciones: por un lado, un mayor diálogo entre docentes y familias y, por otro, demostró la soledad por la que muchos niños, niñas y adolescentes transitan la escolaridad.
Tekoá. Cooperativa de Trabajo para la Educación
[1]Parte 1 del informe: https://www.diariojunio.com.ar/relatos-de-escuelas-en-el-contexto-de-edificios-escolares-vacios Parte 2 del informe: https://www.diariojunio.com.ar/relatos-de-escuelas-en-busqueda-de-recorridos-posibles
[2] Entendemos por prioridad, a aquellos contenidos fundamentales y/o actividades formativas que permiten acceder a otros conocimientos y/o capacidades para una mejor inserción en la vida cotidiana, cabe mencionar que en esta ocasión la planificación de actividades para el abordaje de esta situación de pandemia, es crucial para el conocimiento y la prevención. https://aprender.entrerios.edu.ar/wp-content/uploads/2020/03/Contenidos-en-Casa-Documento-1-Sugerencias-para-la-organizaci%c3%b3n-institucional-y-priorizaci%c3%b3n-de-contenidos-durante-la-emergencia-sanitaria.pdf