Se suicidó un joven de 24 años

Con el fin de conocer qué causas podrían influir en la mente de un joven a la hora de tomar una determinación tan drástica, como es la de quitarse la vida, se consultó a la licenciada en psicología y docente de Filosofía, Mirta Rutsch.

La profesional explicó que “casi todos los estudiosos en el tema coinciden en extender la adolescencia hasta los 28 ó 30 años. Esta es una etapa de mucha vulnerabilidad. El joven está muy susceptible a cualquier situación estresante o que no puede enfrentar o sobrellevar”. En virtud de ello, expresó que “los principales factores de riesgo pueden ser la desesperanza (muchas veces existen intentos de suicidio previos), un estado emocional y afectivo que la persona no puede manejar, la baja autoestima, la falta de redes de apoyo social, los signos y síntomas de depresión, la desintegración social y las pérdidas afectivas recientes”.

También pueden incidir factores precipitantes como “el acceso a un método para quitarse la vida” o “el estado de soledad y aislamiento”. En el caso de que la persona esté afectada por una situación de prisión, los síntomas pueden ser el abatimiento, la tristeza y la ansiedad: “A veces la depresión está encubierta.

En oportunidades hay avisos que no siempre se detectan”. También se debe prestar atención a los “suicidios encubiertos, donde están encuadradas “las personas que no se cuidan o que tienen conductas autodestructivas”.

A la hora de hablar de prevención es preciso mencionar a “los factores protectores”. Ellos son las redes de apoyo social sólidas y accesibles -como los amigos, el hecho de formar parte de un equipo en un club o de pertenecer a un grupo en la iglesia o una institución-, contar con el apoyo familiar, mantener un diálogo fluido con los padres o adultos responsables. “Es importante que el adolescente cuente con un proyecto de vida que le dé sentido y significado” a su existencia y al mañana.

La licencia Rutsch añadió que en las ciencias sociales se maneja ahora un nuevo concepto: el de resciliencia. “Los adolescentes rescilientes son aquellos que tienen una capacidad de recuperación (alta autoestima, pide ayuda y cuenta con personas que son de su confianza) frente a situaciones adversas”, explicó.

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