Se cumplieron cuatro meses de la desaparición de Sebastián Ortiz

El Jefe de Operaciones de la Jefatura Departamental Federación de Policía, Comisario Principal Luis Aguiar, contó en declaraciones recogidas por DIARIOJUNIO que “las últimas diligencias (en pos de dar con el paradero de Ortiz) que se hicieron fueron en la provincia de Misiones por una información de una persona de Entre Ríos, probablemente de San Jaime, de que se había lo visto en la ciudad de 2 de Mayo, ya que le gustaba los gallos de riña podría haber tenido algún contacto de gente de ese ámbito. Se realizaron diligencias investigativas y (Ortiz) habría estado en la casa de un ex policía de Misiones -allegado a la actividad de los gallos de riña-, pero esto no se pudo confirmar (si fue efectivamente él) porque este hombre no supo decir si realmente era o no, solamente dio características que podrían ser similares”. “El encuentro se produjo a seis o siete días de al desaparición. Y el ex policía no conocía de antes a Sebastián Ortiz”, aclaró.
El hombre de 66 años, es vendedor ambulante y alquilaba una habitación en calles 25 de Mayo y Tratado del Pilar, en San Jaime, hace ya casi dos décadas, ya que su domicilio legal era el de Paso de Los Libres. Fue visto por última el lunes 6 de setiembre a eso de las 19:00 horas. Don Sebastián, -así lo llaman sus conocidos- viajaba permanentemente a Paso de los Libres para comprar diversos elementos (paraguas, encendedores, etc.) que luego revendía en San Jaime. Decir que entre las autoridades judiciales o policiales reina el desconcierto en torno al paradero de Ortiz no es faltar a la verdad. Además de –como mencionó Aguiar, en Misiones-, al hombre lo han buscado en San Jaime, en los alrededores de la ciudad, en zonas rurales, en Curuzú Cuatiá, en Paso de Los Libres, en bañados, en arroyos o en el río Mocoretá, se ha entrevistado a la madre del sujeto –una mujer muy anciana- en su actual residencia, en provincia de Buenos Aires y no se ha dado con ningún elemento que pueda echar un poco de luz sobre su actual ubicación. “Se ha buscado en cada pozo negro de San Jaime”, ejemplificaron desde la Policía. Y los familiares han llegado a utilizar los servicios de tres videntes.
“No hay una pista firme. Hemos agotado las instancias investigativas en torno a lo laboral, familiar, de la persona.”, dijo Aguiar. También vale destacar que el policía insistió –como lo hicieron otros jefes de la fuerza- que no tiene la suficiente solidez la pista del conflicto por unos terrenos de los que Ortiz sería heredero en Curuzú Cuatiá y que estaban usurpados. En algún momento, el Jefe de la Departamental, el Comisario Sergio Mendoza, había reconocido que existía un testimonio de un amigo de Ortiz que señaló que el hombre “estaba amenazado de muerte” por parte de una familia de Curuzú Cuatiá. La cuestión pasaba porque esa familia está afincada con su vivienda (junto a otras casas) en un terreno del cual Ortiz sería el heredero. El desaparecido les habría impelido a abandonar el lugar, pero estos se resistían. De acuerdo a Mendoza, la policía correntina realizó una visita a la familia, de apellido Villalba, pero sin lograr un avance importante en el caso, más allá de que los presuntos usurpadores (en realidad hace casi dos décadas que ocupan el lugar) reconocieron el problema existente y admitieron su intención de no abandonar el lugar. Los familiares directos de Ortiz “no sabían nada de una amenaza de muerte” y bien es dable aclarar que el hombre debía viajar a Curuzú, el martes 7 de septiembre, donde estaba citado para ser notificado de todas las diligencias judiciales relacionadas con el litigio por el terreno. Su desaparición se registra, justamente, el día anterior y aun no han podido establecer si efectivamente viajó hacia la localidad correntina mencionada o no. De todas formas, como se dijo, esta línea investigativa no estaría dentro de las prioridades, aunque no por ello se la descarta.
“Ortiz era muy programado en su rutina. Antes de retirarse de la habitación que alquilaba pagaba y se retiraba siempre a la misma hora”, contó el funcionario policial. “Llama la atención que ese dia no pagó la habitación y dejó todas sus cosas. Presumimos que algo pasó en el camino cuando –creemos- fue a sacar el pasaje para ir a Curuzu. Pero no tenemos una línea certera de investigación”, agregó. En su momento, llamó poderosamente, también, que no estaba y no se pudo dar con la bicicleta con la que suele moverse en San Jaime; una de caño reforzado color roja. La puerta de la pieza estaba sin llave, como dejando entrever que su salida no sería por mucho tiempo. Una jovencita de esa localidad lo vio esa noche a bordo de la bicicleta. Pero a partir de ahí, nada mas se supo.

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