La Provincia de Entre Ríos y cada uno de sus municipios ha incrementado la recaudación por coparticipación en el 2004 respecto del año 2003 de una forma impensada antes y ha sido la principal causa de la superación de los graves inconvenientes que derivaron de la crisis del 2001. Por si esto fuera poco fue el mismo gobierno nacional quien realizó la recuperación de los Federales, como a todas las otras cuasimonedas provinciales, dándole soluciones extra provinciales que fueron una como una bendición para nuestros habitantes.
Si a esto se le agrega el aumento de recaudación que cada Municipio está logrando, al igual que el Tesoro Provincial, como consecuencia directa de la mayor actividad económica, se hace más inentendible este pretendido crecimiento de la recaudación sobre los campos entrerrianos justo cuando algunas de sus siembras están siendo afectadas en sus rendimientos económicos y por ende tiene el error agregado de ser a destiempo de los ciclos que son propios de estas actividades.
Pero a todo esto es necesario agregar cuestiones conceptuales que un gobierno no puede
ignorar en esta era del conocimiento y es que si bien la demanda hacia nuestra producción ha crecido y podrá mantenerse en algún tiempo, nuestras tierras siguen siendo marginales en productividad comparadas con las de la Pampa Húmeda argentina y por ende los rindes finales tienen diferencias en contra que permiten decir que en el campo entrerriano «no todo lo que brilla es oro», precisamente. Y si esto fuera poco, y quizás es lo más grave, los campos de esta provincia tienen una enorme proporción de pequeños propietarios o arrendatarios, en muchos casos verdaderos minifundios, provocando entonces una presión tributaria grande sobre los que menos tienen, seguramente en su mayoría verdaderos pobladores entrerrianos.
Es seguro que en Entre Ríos también existen hoy muchos nuevos terratenientes foráneos y quizás sea necesario allí profundizar una valuación adecuada porque en muchos casos seguro son también especuladores además de productores circunstanciales, pero no es posible que se mida a todos por iguales y sean los más pobres los que terminen tributando al Estado entrerriano los nuevos gravámenes.
Es decir, pequeñas parcelas y de menores rindes en comparación a los mejores del país, no pueden ser impuestos por nuevos tributos porque eso es desconocer la realidad económica y contradecir en serio, y no en broma como este gobierno hace las cosas, el famoso dicho de Perón al que dicen seguir “la única verdad es la realidad».
Pero además nos queda para lo último una pregunta. ¿Adónde irá a parar ese dinero que pretende recaudar en el Estado entrerriano? ¿Qué garantías tenemos, los productores y los habitantes, de que no irá al clientelismo que Busti tiene como práctica para asegurarse los votos para cada elección?