«La Argentina hoy está metida en un proceso muy autárquico», dijo Mujica, en momentos en que se mantiene la tensión con Cristina Kirchner por el conflicto suscitado a raíz de las denuncias de corrupción en las obras de dragado del canal Martín García.
En los últimos días, el presidente uruguayo había dado luz verde al prosecretario de la Presidencia y uno de sus funcionarios de mayor confianza, Diego Cánepa, quien acusó irónicamente de falta de prudencia al canciller argentino, Héctor Timerman, en una conferencia de prensa en la propia Casa de Gobierno.
También el director de Energía, Ramón Méndez, justificó que su país emprendiera en solitario la construcción de una planta regasificadora, porque en la negociación con la Argentina «siempre faltaba una cosita, algún papel para firmar».
Y el director nacional de Trabajo, Luis Romero, advirtió esta semana que las trabas argentinas afectan a empresas que tienen muchos obreros con seguro de desempleo. Consideró que la situación no es temporal y habrá que buscar alternativas, porque el subsidio por desempleo no se podrá seguir estirando.
Según informaciones recogidas por LA NACION, las críticas a la Argentina se explican en que creció el malestar con el kirchnerismo por entender que no pagan «la paciencia» ni los «buenos modales» ni «el silencio», dijo una fuente oficial.
Mujica había sido muy estricto en reclamar silencio a todos sus funcionarios, aun cuando varios explicaban en público cómo sufren las trabas y los «caprichos políticos».
En las últimas horas, el propio presidente respondió a un periodista de Radio Montecarlo, un día después de que se conociera el dato de exportaciones de la primera quincena de agosto, que muestra que las ventas al exterior siguen manteniéndose bastante firmes, pese a la crisis europea que afecta la demanda. Las que van al mercado argentino, en cambio, siguen pasando por un caño finito.
«La Argentina, desde el punto de vista económico, es muy importante para nosotros, pero más que por las exportaciones, por las inversiones inmobiliarias y por el turismo», dijo Mujica, tratando de relativizar los perjuicios de las aquí llamadas «medidas Moreno» y otras barreras.
«En cuanto a las exportaciones, es el tercer país, pero creo que Venezuela en poco tiempo la va a alcanzar y a superar, porque la Argentina hoy está metida en un proceso muy autárquico, demasiado autárquico», añadió el Presidente.
Mujica confía en superar estos desajustes en el tiempo, pero no dio un plazo cercano. «Va a pasar como todo y la Argentina seguirá estando ahí donde está, y a los uruguayos nos va a gustar ir a allá y a los argentinos les va a gustar venir acá», añadió.
Mujica entiende que su «misión es monitorear de que Brasil y la Argentina se arrimen al Pacífico». Al respecto, instó a que unos y otros se arrimen «porque es la manera de ser fuertes en el futuro».
En tanto, el canciller Luis Almagro formalizó la solicitud por escrito a los gobiernos de México, Colombia, Perú y Chile, para que Uruguay pueda participar como observador en el bloque comercial Alianza del Pacífico. En ese escenario, anteayer se concretó en la Cancillería la primera sesión del «Grupo de alto nivel para la integración productiva entre Uruguay y Brasil», compuesto por los ministros Almagro, Lilián Kechichian y Roberto Kreimerman, y el prosecretario Cánepa.
