En una carta dirigida a estamentos superiores de Salud del Estado entrerriano, Hirchfeld relató que “el día 1º de julio en horas de la mañana, teniendo el diagnóstico de caso sospecho de gripe influenza A H1N1, concurrí al hospital a notificarlo, tomarme la muestra, realizar la ficha epidemiología y recibir tratamiento antiviral correspondiente”.
“Como me encontraba en el Hospital y era de urgencia extrema, hablo de vida o muerte, intervenir quirúrgicamente a la paciente Lara Cáceres de 3 años de edad internada en terapia infantil en estado gravísimo, para lo cual había pedido la autorización a las autoridades del Hospital, Director y Vicedirector, quienes me proveyeron del material necesario para evitar el contagio, es decir barbijos especiales y el mío con filtro de aire para mayor seguridad, además de los guantes”, describió.
Hirchfeld indica que para su sorpresa “todo el personal de ese día que se encontraba en el quirófano se negó a colaborar: instrumentadoras, enfermeras y mucamas, abandonando literalmente su lugar de trabajo”. Entiende el médico que ese acto fue una demostración de “un notable desprecio por la vida ajena”.
De todos modos, señaló que procedió a la cirugía “siendo la única enfermera que se prestó a colaborar Adela Banchero, así como concurrieron y se quedaron dos personas que no estaban de servicio, hablo de la instrumentadora Estefanía Báez y la instrumentadora Roxana Saucedo junto con el Doctor Eduardo Parra y el jefe de anestesia el Doctor García”, según publicó Diario Río Uruguay.
Sobre estas personas nombradas, el cirujano infantil expresó su agradecimiento ya que “demostraron vocación de servicio y sentido común, pues estaban tomadas todas las medidas de bioseguridad para este caso inusual”. Agrega en su exposición que “el quirófano tuvo que ser limpiado por el doctor Parra, por Adela Banchero y Estefanía Báez, porque el personal también se negó a limpiar el quirófano”. Y expresa: “Me avergüenza tener que realizar esta nota pues demuestra la falta de cultura, vocación y espíritu de servicio que debe caracterizar a los agentes de salud”.
Hirchfeld solicita que “se tomen las medidas correspondientes del caso”, considerando que “son faltas graves, gravísimas, imperdonables, considerando que estaban las jefas de dichos agente” y que “lo primero en salud pública y privada es la vida del paciente, y quien no lo entienda así no puede pertenecer a un equipo de salud”. Concluye la misiva con la expectativa de “las medidas disciplinarias y legales correspondientes”.
