viernes 17 de octubre de 2025

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LA POLICIA DE URRIBARRI : Patrulla fábricas amedrentando a obreros y ahora patotea a vecinos

No es normal que desde este medio se hagan denuncias públicas de parte de los editores, pero cuando la situación supera el entendimiento es necesario dar a conocer el accionar de un grupo especial que se desempeño en la localidad de General Campos el fin de semana pasado, con la excusa de impartir seguridad por el festejo local.

En La Mañana de la Radio del día Lunes, un ciudadano de San Salvador pidió efectuar un reclamo sobre el accionar de un “Grupo Policial de Elite” que lo atacó cuando estacionaba su moto con su hijo menor de edad en el momento de arribar a la Fiesta del Taipero el día Sábado por la noche.

Según lo expresó Juan Carlos Ortiz, el Sábado por la noche, con la intención de asistir al festejo camposeño, arribó a la localidad de General Campos con su hijo menor de edad (17 años), quien lo acompañaba en su motocicleta y un amigo que iba en otro motovehículo.

Al querer poner los seguros de las motos luego de haberlas estacionado, siente una patada por detrás, que luego se convierte en una golpiza por parte de un oficial que vestía ropa de elite, quien luego de meterle un fuerte rodillazo en los riñones y de pegarle un puñetazo (que mas tarde sería cotejado por personal del hospital de General Campos), lo deriva a la comisaría de la localidad bajo la orden de “llevenlo que este es quien tiene pedido de captura”.

El hecho finalizó catorce horas después (según el relato de Ortiz), cuando en la comisaría de San Salvador lo dejan en libertad luego de intentar hacerle firmar un acta “que no condecía con lo sucedido”.

“Yo no había tomado nada, ni había realizado ningún disturbio. Solamente estaba atando las motos cuando recibí los golpes” expresó Ortiz en una entrevista en LibreRADIO 92.3

Lo curioso, es que cuando queda en libertad, le entregan papeles que no le pertenecían a el, y esto levanta la sospecha de que se han equivocado de persona, en alusión al comentario sobre otro motociclista que habría arrojado a la cara del oficial los papeles de su motovehículo y se habría dado a la fuga.

ABUSO DE AUTORIDAD A UN PERIODISTA

La historia no termina allí dado a que el día Domingo, momentos antes de comenzar la segunda noche del Taipero, me dirigía con mis hijos y un amigo hacia el predio por Avenida Tratado del Pilar, en la cual me encontré con un móvil policial que circulaba por el centro de la calle obstaculizando el paso.

Dado a que el festival estaba por comenzar y que me disponía a cumplir mi rol como coordinador de escenario, además de tomar imágenes para nuestros medios de comunicación (LibreRADIO e Infolibre.com.ar), le solicité por medio de señas de luces el paso, el cual no cedieron hasta doblar la esquina.

Al poder avanzar con mi vehículo, acerqué a mi amigo hasta su casa ( que estaba de paso a la fiesta), y luego inicié mi marcha, viendo si que el patruyero al cual había adelantado se dirigía en el mismo sentido cuadras atrás con las balizas prendidas.

Dado a que siempre se encuentran en esa situación no le di mayor importancia, hasta doblar la esquina por calle Tomas de Rocamora, momento en que me aparean y me hacen sonar la sirena pidiéndome que me estacione, orden que acaté automáticamente.

Desde ese momento comenzó la pesadilla…

Oficiales vestidos con ropas de elite y sin placas identificatorias bajaron del vehículo con carabinas dirigidos por un efectivo calvo de tes blanca quien portaba una pistola en su mano derecha, quien al grito de “apaga la camioneta y bajate hijo de puta” me sorprende con su accionar.

Por supuesto, automáticamente me bajé de mi vehículo, en el cual iba acompañado por mis hijos de 9 y 12 años, los cuales en ese primer momento fueron apuntados por la carabina de uno de los efectivos que descendió del patruyero.

Pensando en que seguramente habría alguna equivocación, por el procedimiento inusual, me dirijo al oficial preguntando cual sería el delito cometido y me empuja hacia la camioneta pidiéndome que coloque mis manos sobre el vehículo y gritándome incesantemente.

Recién ahí me di cuenta que éramos víctimas de un abuso desmensurado de poder, ya que: a quien se le ocurriría provocar semejante operativo con una persona que se dirigía por General Campos en una camioneta modelo 63 con sus dos hijos menores de edad y portando la remera del medio de comunicación?.

Cuando el oficial se comienza a calmar (ya que se notaban sus ojos inyectados y vidriosos y un enfurecimiento inusual), vuelvo a insistirle sobre la falta y responde diciendo que tenemos que esperar que el personal de tránsito se presente para realizar la multa.

Luego de llegado el personal de tránsito municipal, solicité el nombre de dicho oficial, el que figurará en la denuncia correspondiente.

Lo demás fue el terror mismo… mi hijo menor en un ataque de nervios llorando por una hora, el ataque innecesario psicológico hacia dos menores de edad y hacia mi persona, los improperios y el abuso de autoridad.

Idénticos detalles de la denuncia de Ortiz y de muchas otras (que según comentarios) ocurrieron en el fin de semana en la tranquila localidad camposeña.

Alguien, obviamente, debió ser el genio que se le ocurrió pedir semejante apoyo para una localidad de 4000 habitantes, que recibe suma similar en sus festejos y que nunca ha pasado a mayores ya que la comisaría local siempre supo mantener la seguridad del evento.

Al llegar al lugar donde se realizaba la fiesta, consulto con la Secretaria de Gobierno Municipal para saber si habían pedido desde el municipio este refuerzo, cuestión que me negó rotundamente afirmándome que como siempre se hizo el pedido de 10 efectivos que por años supieron mantener la seguridad del predio.

No me queda más que rabia, que el derrumbe de mis enseñanzas a mis niños queriendo inculcarles que la policía está para cuidarnos y los gritos de mi hijo menor sin saber que era lo que ocurría, que la amenaza chocante de quienes creyéndose todopoderosos no se dan cuenta que son los responsables del odio de la comunidad y los principales generadores del miedo de la sociedad hacia esa “maldita policía”, que en vez de cuidarnos pretende domesticarnos cual animales a través de la fuerza bruta y el abuso total.

Es una lástima que hayamos llegado a esto y que los responsables de esta situación no den la cara , lamentándose cuando ocurren los hechos de abuso justificando su accionar…

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