Por: Fernando Belottini
Si bien Soledad es conocida en el ámbito de la danza, en esta obra da un paso más allá para atreverse a otros lenguajes expresivos. Dentro de lo que puede llamarse teatro juega en dos actos entre lo performático y el stand up , este heredero del café concert.
En el primer acto, donde prima el cuerpo y lo visual adquiere relevancia con toques de surrealismo (hay una escena muy potente donde la protagonista se devora partes de muñecos y muñecas rotas), parece hablarnos de lo que Freud denominó El malestar en la cultura, es decir, la confrontación de los deseos instintivos con los límites o normas que ha naturalizado la sociedad y que la actriz pretende romper con cierta agresividad, apelando incluso al erotismo, sin que ese tránsito, como es obvio, no esté exento de dolor. ¿No es el rojo el color de la rebelión?
De allí al segundo acto, donde se produce un acercamiento al público y el discurso se vuelve autorreferencial y Soledad hace uso de una gracia natural, de la espontaneidad y la improvisación, riéndose de sí misma, de su historia familiar, de su ciudad y de las maneras en que una generación pretendió ser “educada”. En esa interacción promueve juegos –otra vez- provocativos. Su época de nacimiento no es un dato menor, vista la conflictividad del país en esos años y el inconmensurable horror que vendría después.
NeNa en conjunto entonces hace una retrospección que nos mantiene atentos y le pone garra a las convicciones para transformar un espectáculo en un ámbito de lucha.
Concordia, 9 de diciembre de 2022
Ficha Técnica
Intérprete: Soledad Chertin
Dramaturgia: Soledad Chertin
Asistencia técnica: Andrea Vargas.
Coodirección: Andrea Vargas y Soledad Chertin
Diseño de vestuario y escenografía: Julia Ruedas y Soledad Chertin.
Maquillaje: Agustina Simón y Abi Simón estudio Hermana.
Peinado Abi Simon
Fotografía: Norma Verón
Musicalización: Andrea Varga