Hay que señalar que el contacto con la problemática de la salud en general siempre será más directo desde el municipio, de ello se desprende una atención inmediata, pero también se vislumbra una tendencia hacia la asistencia primaria, es decir, prevención. Esta sería la función de los centros de salud, no así la asistencia, por cuanto asistir a los enfermos sigue dependiendo de aquellas instituciones que, por ahora, sostiene la Provincia, por ejemplo los hospitales.
Finalmente, se plantea la necesidad de sostener en el tiempo el funcionamiento de los centros de salud, a modo de evitar que estén sujetos a los vaivenes políticos, cambios de gobiernos y coyunturas económicas.
La descentralización de la atención primaria de salud y de la educación básica son los ejes de las reformas de política social que se están desarrollando en los países de América Latina, con el fin de mejorar la eficiencia de la provisión de los servicios. A esta altura nadie tiene dudas que el Estado argentino se orienta hacia la descentralización de la salud y educación, dos de los pilares de cualquier gobierno. Serán entonces los municipios los que deberán velar por esos derechos de los ciudadanos, lo que en la práctica significa ni más ni menos que responder con el servicio a las necesidades. De hecho ya lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo, aunque los proyectos encarados por el gobierno de Néstor Kirchner acentúan esa tendencia.
En Chajarí la intervención que debió dar el municipio ante el vacío que se presenta a la hora de hablar de atención de accidentados en la vía pública, tras el debate instalado sobre cuál de los Estados -municipal, provincial o nacional- debía hacerse cargo del mismo.