Era muy razonable, y completamente legal, que el Estado Concedente dejara sin efecto la Concesión, sin quedarse con el endeudamiento adquirido por la empresa. Pero, ahí empiezan a jugar los intereses y la falta de acuerdos sobre una política de estado para la Provincia. Para el sector mayoritario del Justicialismo de Entre Ríos, entonces en campaña, esos no eran tiempos de rescisión de contratos con las privatizadas, de creación de empresas estatales, de enfrentamientos con los inversores internacionales, eran tiempos de añoranzas del menemismo, y se expresó diciendo que la decisión de Montiel era «Estatista, un regreso al pasado».
Algún juez coincidió con esta interpretación de los hechos.
Esas expresiones de campaña hicieron al futuro gobierno preso de una visión errada: La idea de que había que proteger al inversor, cuando este ya no existía ( sólo quedaba un gerente a cargo del botín residual).
El nuevo gobierno buscó primero oportunidades para que el gerente consiguiera un operador técnico, uno de los motivos por los que Montiel le había quitado la concesión. Nunca lo consiguió.
Luego ejecutaron las acciones de la garantía, quedándose el Estado con la propiedad de las acciones, y por lo tanto con la responsabilidad sobre la deuda, solución descartada por el gobierno de Montiel porque implicaba el reconocimiento y aceptación de una deuda incomprobable asumida por Edeersa y no por los entrerrianos.
Al haber asumido la deuda, tuvieron que ir a buscar una negociación con los acreedores para intentar un «take over», es decir un cambio de deuda por acciones y la propiedad de la empresa. Se encontraron con fondos buitres de dudosa procedencia incapaces de administrar un servicio público.
Se decide entonces, la re-privatización. Pero se encuentran que el problema es la deuda asumida por la empresa y el costo que esto tiene para quien quiera hacerse cargo del servicio. Los inversores exigen tarifas mas altas para pagar la deuda.
La concesión de un servicio público vuelve a ser un “negocio financiero”.
Pero mientras tanto, en el gobierno nacional, se dejaban sin efecto el contrato del correo, creando una nueva empresa Correo Oficial S.A (se acuerda de COENSA?), y la deuda? que la pague Macri, se avanza en la rescisión del contrato de Aguas Argentinas pensando en una empresa mixta, se crea Líneas Aereas Federales, se inaugura una cooperativa telefónica en el Calafate con Cristina Kirchner como socia y la empresa china ZTE como operadora técnica (no era la misma que hizo la oferta en la provincia de Entre Ríos?), se crea ENARSA para cambiar gas oil por vacas con Venezuela, no era ese el acuerdo que se planteaba para el arroz en la Provincia.
Y donde están las críticas del Justicialismo de Entre Ríos a las acciones de Kirchner?. Actitudes que eran «un regreso a al pasado», pasaron a ser «valientes enfrentamientos».
Estamos a tiempo, no hay que ser necios, ni siquiera es necesario reconocer el error. Hagan lo que hay que hacer, no importa de quien fue la idea original.