La promesa del presidente electo Mauricio Macri de eliminar las restricciones cambiarias y las retenciones a la exportación de materias primas, antes del ballottage y ahora en víspera de la toma de mando, está generando una escalada de precios en todos los productos de la economía.
El aumento de los precios en la industria avícola se produce a pesar de ser una actividad fuertemente subsidiada. Durante el periodo 2007/2010, los frigoríficos avícolas fueron los más favorecidos por el viejo sistema de compensaciones. De esta manera, recibieron 2.100 millones de pesos por parte de la disuelta ONCCA con el propósito de mantener estable la mesa de los argentinos. Pero el sector avícola no sólo recibió compensaciones, sino que también obtuvo subsidios indirectos por parte del gobierno. De hecho, la intervención oficial al mercado de maíz logra que las firmas polleras adquirieran el grano a un precio muy por debajo de su valor real. En el libro “Es la Ekonomía Estúpido”, Maximiliano Montenegro afirma que “después de los molinos, las fábricas avícolas fueron las que mayores estímulos recibieron del Estado.
En una pollería mayorista y minorista ubicada en la esquina de Presidente Illía e Ituzaingó, una empleada acotó que la semana pasada se produjeron incrementos en la mercadería que reciben del frigorífico en cuatro oportunidades. Las subas se realizan de a $ 1 casi todos los días. De hecho, el kilo de pollo se fue de $ 28 a $ 34 (21 %).
Los clientes preguntan porque razón suben los precios. “La gente se queja y culpan al gobierno que está por entrar”, indicaron desde la pollería. Debido a que se trata de un mayorista, la empleada dijo que el que tiene negocios compra tal como lo venía haciendo pero la gente más humilde es la que empieza a restringir sus gastos.
En otra pollería, ubicada en Laprida y Ramírez, admitieron que hubo tres aumentos en menos de una semana: el primero se produjo el jueves, el segundo el sábado y el tercero esta mañana. El cajón de filet (pollo deshuesado) se fue de $ 86 a 88 jueves, el sábado a 90 y hoy vale 92 (7 %). Además la mujer consultada indicó que el pollo de campo se mantiene en $ 30 el kilo pero estaban esperando al proveedor. “Hay que ver si llega con novedades”, indicó la fuente consultada.
¿Cual es la explicación de los proveedores? Es simple, el productor aumentó el precio y eso se traslada a lo largo de la cadena comercial. ¿Y la gente que señala? “No se han quejado porque no es mucho. Por ahora va pasando”, dijo la mujer.
En otro comercio del rubro ubicado en 25 de Mayo y Urdinarrain, la respuesta fue puntual, se registró un 20 % de aumento en el kilo de pata muslo: valía $ 38 y ahora cuesta $ 46. Explicaciones acerca de las subas no hay muchas. “Viene de fábrica con subas”, indicó el comerciante. Los incrementos se produjeron antes del fin de semana de las elecciones y esta mañana nuevamente pero el porcentaje fue más importante. La reacción de los clientes: “La gente se mide más, llevan lo justo y necesario”, acotó la fuente consultada.
Siguiendo la recorrida esta vez por una pollería ubicada en el sector céntrico, en calle Roque Sáenz Peña, explicaron que el pollo aumento de $ 29,50 a $ 31,50, un 7 %. No obstante, aumentan todos los productos elaborados dado que la materia prima es el pollo. Pero, de igual forma, también compran por separado compran las pata-muslos y los filets. Obviamente esos productos aumentaron.
La encargada destacó que hace un mes que no se movía el precio. El incremento se produjo el último jueves y no pudieron preguntar a la persona que traía la mercadería que se debía. “Estaba lleno de gente”, indicó la encargada. En el mercado compran a revendedores quienes a su vez se abastecen en los frigoríficos. No obstante, indicaron que los clientes aún no se quejan. “De 10 que ingresan, uno pregunta por la suba”, señaló la mujer. No obstante, en el comercio no sabían que decirle.
También en la zona céntrica, en un comercio donde se comercializa tanto pollo como carne vacuna, situado en Liniers y Pellegrini, explicaron que hubo un aumento. El kilo de pollo estaba en $ 30 y ahora se fue a $ 35 (16 %). Pero las subas también se registraron en la carne: el asado de ternera pasó de $ 95 $ 120 (26 %). Tanto para la carne y el pollo, los nuevos precios de los frigoríficos llegan sin justificación. Y los clientes se quejan. “No pueden creer. Hay de todo: algunos ahora compran menos de 1 kilo; otros se quejan y compran lo mismo”, indicó.
Siguiendo con las carnicerías, en un comercio del ramo ubicado en la esquina de Güemes y San Luis, confirmaron que hubo un aumento de precios mayoristas la semana pasada pero todavía no lo han pasado al mostrador.
En otro comercio del rubro ubicado en calle Vélez Sarfield, explicaron que el asado de ternera valía $ 95 y ahora cuesta $ 100 (15 %), el kilo de aguja vale $ 47 pero va a subir en cualquier momento, la nalga de ternera viene aumentado día a día y de $ 92 ahora vale $ 100 (8,6 %). Según explicó la comerciante, estaban muy bajos los precios de la hacienda a pesar de que no había animales en el campo. Y añadió que la gente hasta ahora “no se queja”. Incluso aseveró que “esta contenta con el cambio”, indicó. El marido es ganadero.
Siguiendo con la recorrida, en una carnicería que tiene dos sucursales y la casa central en avenida San Lorenzo oeste, informaron que los precios han aumentado en la jornada de hoy alrededor de un 10 %. El asado de ternera pasó a valer $ 110, hasta ayer costaba $ 100 (10 %). La aguja pasó de $ 50 a 60 (20 %), la carne picada de $ 65 a 70 (7,6 %), las hamburguesas de $ 55 a 70 (27 %).
Mientras que en otro comercio del rubro, ubicado en San Lorenzo y Chile, el comerciante consultado indicó que en 15 días los precios subieron un 16 %. Entre otros cortes, detalló que el asado de exportación de novillo pasó de $ 75 a 99 (32 %), el mismo corte de ternera de $ 99 a 115 (16 %), la picada especial de $ 60 a 78 (30 %) y la pulpa de novillo de $ 75 a 88 (17 %). Según cree, la suba se debe a que en el Mercado de Liniers la hacienda en pie subió mucho. Los clientes se quejan y compran porque admiten que todo sube. El temor es que en algún momento ya no puedan pagar los nuevos precios. “Estamos nosotros en el medio”, dijo el comerciante. Y para peor la tendencia es que “sigan subiendo” aunque nadie sabe hasta donde.
En las panaderías también se ven algunos incrementos, en una de ellas, con casa central en Roque Sáenz Peña y varias sucursales, causalmente hoy subió el kilo de pan de $ 20 a 22 (10 %). La explicación fue el aumento de diversos insumos como la harina, la grasa, la levadura, la margarina, los sueldos de los empleados etc. además del pan obviamente suben los otros productos derivados de la harina como facturas, fideos, etc.
Más específico fue el propietario de una panadería histórica ubicada en La Rioja y Montevideo. El propietario de la misma indicó que la harina subió un 100 %. Paso de $ 120 a 240 este fin de semana y se habla que “estaría en $ 310 el fin de semana que viene”. La caja de margarina subió tres veces la semana pasada. En enero valía $ 160 y ahora cuesta $ 580 pesos. En el mostrador tuvo que llevar el precio del kilo de pan de $ 16 a $ 18 (12,5 %). “Ya esta acobardada la gente con todos los aumentos”, indicó el comerciante.
En otra panadería, ubicada en Aristóbulo del Valle, indicaron que los precios, $ 19 el kilo de pan y $ 20 la galleta y el pan de pico, por ahora se mantiene pero no saben hasta cuando. “Ya han subido en otras panaderías”, indicó la empleada.
Lo mismo sucede en otra panadería ubicada en Balcarce. “Hasta ahora no hemos subido el precio”, sostuvo la empleada y el kilo se mantiene en $ 18. Pero aseguró que en cualquier momento podría subir dado que supuestamente llegó con un recargo del 40 % un camión de harina.