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Caso Tiguá: el fiscal y la querella pidieron prisión perpetúa para el imputado

Luego del alegato de Larrarte, fue el turno de Perroud. “Hicimos el mismo pedido porque siempre se sostuvo lo mismo: la responsabilidad porque estaba plenamente acreditada la autoría”. El encuadre legal del delito de homicidio calificado y abuso sexual en grado de tentativa está tipificado por el art. 80º del Código Penal y tiene una pena única establecida: prisión perpetúa.
“El hecho de que estén unificadas las posturas habla de un cuadro compacto y una línea sólida de acusación”, expresó el letrado. Los alegatos fueron coincidentes en todos los aspectos remarcó el abogado. En tanto que la defensa recogió determinadas cuestiones que hicieron notar en las audiencias. “Básicamente sostienen que dada la versión introducida en el debate por el imputado y la explicación del porqué tiene restos de piel de la víctima debajo de las uñas, son indicios equívocos que dejarían dudas”, indicó Perroud.
El acusado sostuvo que había recibido un llamado de la prima de Eliana quien le dijo que la víctima iba a estar en un lugar determinado. En consecuencia, Segovia fue al lugar señalado y se encontró con Eliana y su novio, un funcionario policial. En ese lugar habría mantenido una pelea con el novio de la chica, y en esa pelea la chica interviene, ella lo rasguña y el vuelve a su casa. De esa manera explica la presencia de su piel (acreditado por un examen de ADN) debajo de la uñas de Tiguá.
No obstante, el celular que fue secuestrado durante el allanamiento en la casa del acusado no recibió llamada alguna. Pero Segovia sostuvo que había otro celular que le fue secuestrado por la Policía donde habría recibido la comunicación telefónica. En el juicio, la defensa intentó demostrar la presencia de ese segundo aparato pero no surgió ningún dato que avale su existencia. “Hay algún testigo que menciona un celular pero estamos hablando de un hecho que ocurrió hace dos años”, expresó el letrado. Se trataba de un funcionario policial que tampoco descartó que en realidad lo que había era un portacelular.
Justamente, al momento de la detención, Segovia tenía un portacelular en su cinto. La Cámara solicitó una ampliación de las fotografías que les tomaron en ese momento para determinar si había en su interior algún aparato. La ampliación fue realizada por la División Criminalística de Concordia y de la misma “no surge que en el interior haya un elemento de telefonía”. En última instancia, si se hubiese confirmado la aparición de un segundo teléfono, “tampoco hubiese o quitado nada al cuadro probatorio”, dijo Perroud. Más aún, dedujo que se trataba de una estrategia “cuando se da cuenta que el ADN, que es la prueba de cargo más importante, se mantiene en pie”. La defensa había solicitado, al inicio del proceso, que la prueba genética fuese anulada pero la Cámara lo rechazó.
Por último, Perroud indicó que la Cámara le brindó todas las garantías respecto de su derecho a la defensa. “Todo lo que el imputado hizo y solicitó; se trajo a declarar a mucha gente que no estaba previsto que venga; se le dieron todas las garantías”, precisó.

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