90 personas, entre padres, alumnos, directivos e integrantes de la conducción de Agmer se reunieron en el comedor de la escuela primaria. Luego de deliberar por espacio de una hora, concluyeron en elegir una cooperadora el próximo viernes, y se reunirán nuevamente el lunes 23 de junio, para evaluar los arreglos en el edificio escolar que efectúa la dirección de Arquitectura.
Boudot, vive a media cuadra del inmueble escolar. Aseguró que el malestar de la población es palpable y que llega a tal punto que pueden llegar a suspender las clases o a cortar el tránsito de avenida Monseñor Ricardo Rösch. “Un olvido total de la Villa Zorraquín”.
“Es un asco, no se puede vivir con toda la cloaca encima”, dijo Georgina Piana, una vecina que vive en una esquina ubicada a una cuadra de la escuela. “El problema son las cloacas; hay un pozo y tiran toda la mierda a la calle. Estamos cansados del olor; cuando hace calor abunda el olor adentro de la casa”. Sus dos hijos, de 2 y 6 años de edad, no pueden jugar en la calle porque los colectivos salpican la vereda cuando atraviesan el barro pestilente. “Al lugar que vayas vas a ver nenes enfermos; hubo una epidemia de hepatitis”, reveló.
José Torres Muñoz, padre de dos alumnas que concurren tanto a la Primaria como a la Media, expresó que el problema edilicio es el estado de los baños. “Hace 14 años que las cloacas están en proyecto en Villa Zorraquín. Dicen que la Cafesg tiene la plata; que la pone, que no la pone y ahí estamos. Están esperando que haya elecciones para solucionar el problema”, indicó.
María Lucía Alegre, docente jubilada, acudió a la asamblea porque sus nietas concurren a la escuela primaria. “No hay agua en los baños; el baño de maestras, para 16 docentes, no tiene agua que corra y hay que acarrear a baldes”, sostuvo. Luego agregó la situación de los alumnos del jardín de infantes, cuyo patio tiene un pozo negro como principal atractivo. “Los mingitorios son para chicos de escuela primaria, y acá concurren chicos de secundaria, que ya son grandes. Para colmo, tampoco tienen agua”, expresó.
La jubilada sostuvo que la mayor necesidad del barrio es la estación bombeadora. Explicó que el 60 % de Zorraquín está cubierto por las cloacas. “Son los que tienen el nivel hacia las piletas de decantación, los otros vecinos que tienen las cloacas hacia la estación bombeadora, y desde ahí, al caño madre de las cloacas, están sin servicio”, dijo. La zona que carece de cloacas abarca al comedor del barrio y la escuela Nº 8 “Madame Curie”.
Pero quienes sufren como nadie los problemas de cloacas son quienes viven al costado de la escuela. Angélica Russo aseguró que los líquidos nauseabundos provenientes del pozo negro rebalsan hacia su pieza. “El terreno está lleno de agua servida. Me estropeó un placard, prácticamente todos los muebles”. Esta vecina se topó con la indiferencia de la directora de la escuela Primaria, quien le dijo que el problema era un “caño roto de la cocina”. “Si usted consigue un plomero, hágalo arreglar”, le dijo la directora. “¿Me estropeó toda la casa y todavía tengo que venir a arreglar el caño?”, se preguntó, azorada.
La vivienda de Celestina de Oroño también linda con el edificio escolar. “Hace 12 años que vengo a reclamar; el agua iba hasta la puerta de mi living. Ahora no se nota porque sacamos un galpón que había ahí, pero la humedad es continúa, y corre agua de los pozos”, añadió. Celestina fue a la Departamental de Escuelas, trajo a un canal de televisión a su casa para mostrar lo que pasaba, “pero no me han dado ninguna respuesta”.
Juan Manuel Urrutia, padre de un alumno de la escuela Media, pidió que en la próxima reunión venga “el señor Zadoyko (Alberto) porque la comunidad de Villa Zorraquín lo necesita para que haga las aclaraciones que todos están esperando”. Extrañó a algunos asambleístas la ausencia en la reunión de Zadoyko, presidente de la comisión vecinal, al igual que la del concejal Roberto González, quien vive en Zorraquín.
