Los cuestionamientos más duros de García habrían sido al decir que: “El problema es que a la gente que se les complica a ellos, la atendemos nosotros acá. ¿Se entiende? Así está buenísimo ser anticuarentena y no controlar los accesos, cuando el problema te lo resuelve otro lugar; y eso es lo que a uno le da impotencia, que uno está poniendo tanto esfuerzo en mantener la ciudad como está y hay otros municipios que ni siquiera controlan los accesos, ¿no?”.
Las palabras de García habrían sido interpretadas como un fastidio del servicio de salud local para atender pacientes de covid-19 provenientes de localidades aledañas.
García habría expresado que “En lo que hago hincapié es que si vos sostenés un municipio y sostenés cierta relajación y seguís sosteniendo cierta flexibilidad cuando ya tenés una circulación por conglomerado y estás muy cerquita de una circulación abierta, y… Tenés que restringir, no hacer una auto cuarentena. ¿Se entiende?”.
“Yo no tengo problemas de que hagas una anticuarentena en tu municipio, pero si vos te bancás sólo tus casos. Ahora, si vos los derivás, así es fácil ser anticuarentena” remató.
Las palabras del doctor calaron hondo en la susceptibilidad el intendente de Santa Ana, Rogelio Zanandrea, quien días atrás había expresado a DIARIOJUNIO que los contagios en su ciudad se dieron por una relajación por culpa de la “cuarentena eterna” y reconocido -de alguna manera- que en su ciudad poco se había cumplido con los protocolos de prevención respecto de la gente que viajaba o circulaba desde Buenos Aires donde está latente una situación de contagio comunitario: “Mientras no pasa nada, nadie dice nada”, fueron sus palabras.
Ahora Zanandrea salió al cruce de lo dicho por García y opinó que su par de la ciudad de Concordia, Alfredo Francolini, “debería llamarle la atención a este funcionario, porque hace un tiempo atrás, todos los intendentes del departamento Federación nos hemos arrimado hasta la municipalidad de Concordia donde aprobamos los protocolos para los cosechadores de esa ciudad que vienen a nuestro departamento. Aquí, en Santa Ana, hay 40 productores citrícolas que le dan trabajo a muchas de esas 3.000 personas que vienen a cosechar a nuestras quintas, así que me parece que a esto no lo ha tenido en cuenta este doctor, más aún en estos momentos tan sensibles en la sociedad”.
“Este virus no tiene fronteras, nos puede tocar a cualquiera y por eso tenemos que ser solidarios entre los municipios. Me duele salir a aclarar por estos dichos, porque soy una persona que estudió en Concordia y tengo muchos amigos, además los vecinos de esa ciudad nos visitan muchísimo en el verano, así que ojalá esto pase pronto para seguir disfrutando de esos encuentros”.
La solidaridad, en este contexto de pandemia, también empieza por cuidarse uno para cuidar al otro. En particular tratándose de una enfermedad sin remedios concretos ni vacunas, harto contagiosa y de extremo peligro para las capas de la población más vulnerables.
