Tal como se suponía, ayer a las nueve de la noche (hora de España) se firmó el acuerdo de venta de un porcentaje de las acciones de la mayor empresa petrolera del país. Así Repsol acordó la venta del 14,9 % de las acciones de la petrolera YPF al Grupo Petersen, propiedad del empresario argentino Enrique Eskenazi, por 2235 millones de dólares. Eskenazi es propietario del BERSA y de otros bancos provinciales como el de Santa Fe. A la hora de los discursos dijo “es un privilegio ingresar en este negocio de la mano de la empresa petrolera más importante de nuestro país y una de las más destacadas del mundo”, aseguró Eskenazi. En tanto Antonio Brufau agregó, “la entrada del Grupo Petersen supone la incorporación de un socio estratégico, que se integra con vocación de permanencia en la compañía, que conoce bien el mercado, el tejido económico y empresarial de la Argentina, y que ayudará a potenciar los proyectos de YPF en el país y en la región”.
El Gobierno confía en que la operación sirva para fortalecer las inversiones petroleras en el país, pues hasta ahora los espectaculares anuncios realizados periódicamente por los españoles no tuvieron su correlato en los hechos.
Pese a la política de retenciones, la renta ha sido notable pues se estima que el costo de extracción está cerca de ocho dólares por barril, contra casi 100 de venta. En los últimos cinco años, la filial local de la multinacional española declaró ganancias operativas por 39.166 millones de pesos. De ese monto, 6883 millones los ganó en 2006. No obstante, ese mismo año su producción de crudo y líquidos cayó 6 por ciento y la de gas 3 por ciento. Esto se produjo en un contexto de caída de reservas comprobadas que, en el caso del gas, ya se encuentran por debajo de los diez años.
A partir de ahora será el turno de las provincias petroleras que se plantean ingresar al negocio como accionistas. Un paso más para recuperar terreno en el estratégico terreno de los hidrocarburos.