Advirtió que “como está el país, educar para la justicia social es convertir el hambre en moralmente aceptable, es convertir en delito moral la exclusión social. Si tuviésemos la posibilidad de tener la inmensa mayoría de la población convencida que hay que luchar contra esa injusticia, otra sería la situación”.
Más adelante indicó que la escuela tiene un rol en la construcción de los sentidos de la sociedad. Al respecto, dijo que “se pueden construir sentidos consumistas e individualistas; se pueden homologar las políticas de dominación o se las pueden cuestionar. Creo que eso es construir para la justicia social”.
Para eliminar la desigualdad educativa, dijo, debe replantearse el rol del Estado nacional. “No puede haber igualdad educativa sino es a través de quien la garantiza. No hay otro instrumento que no sea el Estado. La Ley de Financiamiento Educativo, en la medida que se cumpla, generará condiciones para que los Estados nacional y provinciales inviertan en materia educativa el mínimo indispensable para acortar la brecha de la desigualdad. No creo que se termine mágicamente. Pero estoy convencido que se deben generar determinados objetivos que nos permitan ascender y no igualar para abajo, que es la alternativa que plantea la derecha”.
Yasky señaló que muchos docentes observan con precaución la elaboración de la nueva ley de Educación. Consultado sobre el tema, expresó que “es entendible” la postura de los educadores y remarcó: “los docentes deben enseñar el artículo 14 Bis de la Constitución Nacional, muy avanzado en su concepción y sin embargo, si se lo lee a fondo se da cuenta que no se cumple. Por eso, uno no tiene por qué creer que esta vez las cosas serán distintas. La diferencia radica en que desde el movimiento social, construiremos desde la movilización y la lucha la correlación de fuerza para hacer que esas políticas públicas se cumplan. Sin esa visión, terminamos haciéndole el juego a la derecha, que plantea que lo mejor es el status quo, porque la realidad no cambiará nunca”.
Para lograr la participación del docente en la elaboración de la nueva ley de educación, señaló que “se debe asumir una actitud de lucha y de autonomía de clases. El docente tiene que asumir que forma parte de una clase, que las conquistas que va logrando son a través de las luchas. Vivimos en una sociedad donde muchos derechos que se conquistaron con la sangre obrera, como la jornada de ocho horas, fueron aplastados por el imperio de una política neoliberal que hace del trabajo humano una explotación. Conquistaremos derechos, y entre ellos el de la educación pública, junto con otros trabajadores y sectores populares a través de la lucha. No hay otra experiencia que demuestre otra posibilidad. No se puede convencer a los que usufructúan de la posibilidad de tener mano de obra barata, que darle conocimiento y pensamiento criticó a las mayoría populares se convierta en un buen negocio para ellos”.
Por último, Yasky advirtió que la nueva ley de educación “será un avance. En lo único que puedo tener dudas es en qué graduación y en que medida; hasta adonde un avance como el que consideramos que sería necesario. Pero sin lugar a dudas, volver a plantear el Estado nacional como un garante; para plantear la educación como un derecho social, será el triunfo de los educadores”.