Según el municipio, para la remodelación de la biblioteca se realizaron tareas de limpieza, sustitución de antiguos muebles y “extracción de material en desuso”. También se aseguró que “se tomaron los recaudos necesarios con todos y cada uno de los ejemplares” que se encontraban a disposición de los lectores.
En cuanto a los sectores que “no son de acceso público”, se indicó que la falta de limpieza, mantenimiento y acondicionamiento producido durante años, había “favorecido la acumulación de gran número de revistas, diarios y libros que, además de no estar a disposición del público por su estado de deterioro, resultaban absolutamente ilegibles e irrecuperables”.
Según afirman desde la comuna, estos textos “no cumplían función como material de lectura, procediendo a su desplazamiento y baja”.
De acuerdo con la explicación oficial, la disposición de los miles de ejemplares “en uso” no fue alterada, reubicada ni reemplazada durante las refacciones y remodelaciones edilicias