“Ante el importante anuncio del Ministro de Gobierno de la Provincia de Entre Ríos sobre el comienzo de estudios para evaluar posibles experiencias de voto electrónico en las próximas elecciones en la provincia, es conveniente abrir un debate sobre las ventajas, desventajas, fortalezas y debilidades del sistema, y sobre todo aclarar las opciones tecnológicas que existen hoy.
Basta analizar la reciente elección en los EEUU para conocer que cada distrito ha optado por diferentes sistemas, y que ni siquiera en el país más desarrollado se despejan las dudas sobre el voto electrónico.
Por eso lo que hay que aclarar en primer lugar es que no existe un único sistema de votación electrónica, existen en el mundo muchas empresas y tecnologías compitiendo por este mercado. Sólo en la Argentina ya se han probado además de la Brasileña que analiza la provincia, las tecnologías de TELPIN (un desarrollo local de la empresa de la Cooperativa Telefónica de Pinamar en las experiencias de Mendoza I, Quequén, Mailin y Huanguelén) e INDRA (Ushuaia y Mendoza II).
La máquina brasileña de la empresa UNISYS, fomentada por el Consejo Electoral Brasileño, es considerada hoy obsoleta en la mayor parte de los estudios de evaluación de tecnologías electorales aplicadas. Estas máquinas fueron diseñadas en 1988 y ya han sido probadas en un plan piloto de similares características en la Provincia de Buenos Aires en septiembre de 2003, sin mucho éxito: Este plan piloto fue restringido por la Justicia Electoral por considerar que se violaban garantías establecidas en la ley electoral, y su uso fue limitado a 36 mesas de extranjeros para la elección local, con una presencia de aproximadamente 1000 votantes. Se puede analizar las críticas en su implementación realizadas por el CIPPEC (http://www.reformaspoliticas.org/).
El primer antecedente en el país un intento en la última parte del gobierno de Menem, que fue rechazado en la Cámara de Diputados de la Nación por iniciativa de la entonces diputada por Entre Ríos Celia Piñon Avila.
El sistema brasileño en particular presenta como debilidades la NO CONSTANCIA FISICA DEL VOTO, esto es, no permite un control al votante de que el voto que se pulsa es el que verdaderamente se computa y la NO GARANTIA DEL VOTO SECRETO, porque la máquina se habilita con el número de documento. Hoy en Brasil existe un Foro contra el voto electrónico con todos los problemas y juicios que la máquina ha generado y que se puede consultar en internet en http://www.brunazo.eng.br
La mayor parte de las máquinas modernas incorpora un sistema de impresión que permite realizar un escrutinio final manual, además del escrutinio provisorio electrónico, dando esto la posibilidad de mayor control, y han separado la habilitación de la máquina de cualquier tipo de identificación personal, de hecho en Ushuaia (primera experiencia integral- no plan piloto) se usaron los padrones habituales.
Existen además otras experiencias recientes con grandes avances técnicos como los sistemas utilizados en Venezuela o en las elecciones autonómicas españolas.
La idea de realizar pruebas pilotos tienen por objetivo de parte de las empresas generar antecedentes que les permitan sumar puntos ante futuras licitaciones del sistema. El sistema de ventas de la tecnología es como el de la droga, «el primero te lo regalan». Por esto se debe cuidar que no se hagan experiencias con una sola empresa, sino con varias como ha realizado la provincia de Mendoza, en el marco de un Plan Integral.
Es por esto que sugerimos que al momento de evaluar alternativas tecnológicas se deben considerar los siguientes requisitos:
a-Anonimato, privacidad y no coerción en la emisión del voto. Es decir, los ciudadanos deben poder votar en total libertad y privacidad, sin que su identidad pueda ser vinculada a su voto.b-Elegibilidad y autenticidad. Sea cual fuere la opción que se utilice, la misma debe prever que sólo puedan votar los electores habilitados y empadronados, y una única vez.c-Integridad. Debe poderse asegurar que los votos no sean cambiados o eliminados.d-Certificación y auditoria. Los sistemas de votación deben poder ser probados por agentes oficiales, tanto para poder certificar los niveles aceptables de funcionamiento como para auditar el sistema en cualquier momento, durante el proceso electoral.e-Confiabilidad. Deben funcionar de manera robusta, sin pérdida de votos ni de datos. Vale destacar que en el voto electrónico la confiabilidad se basa fundamentalmente en una cuestión de percepción por parte de los electores y no tanto en una razón técnica.f-Facilidad de uso. Se trata de diseñar métodos de votación fácilmente utilizables por los electores para que no generen confusiones en el elector ni en las autoridades del escrutinio.g-Exactitud y posibilidad de verificación. Los sistemas de votación deben procurar el correcto almacenamiento de los votos y toda la información que registren , así como su recuperación y verificación posterior.
h- Amplia difusión y capacitación porque su utilización implica un gran cambio cultural.
i- Amplia consulta sobre las opciones tecnológicas disponibles antes de comprometerse con algún sistema”.