Macri pide en campaña que lo acompañen con el voto; el voto, Señor Macri, no es compañía, es decisión y compromiso, pero Macri insiste, hasta invita a soñar!!!!. Está claro que esta oposición solo puede ofrecer sueños, porque ni a promesas se parecen. Porque las promesas necesariamente implican un compromiso que deberá asumir –el prometedor- en el gobierno, es decir deberá dar cuenta de lo prometido; en cambio los sueños de vivir mejor son patrimonio de la comunidad. ¿Quién no quiere vivir mejor, ganar mejor…?
Ahora bien, la concreción de los sueños se construyen con decisiones, con trabajo serio, con convicciones traducidas en hechos. Pensemos en las miles de familias de este país que han soñado con una vida digna, con trabajo, con vivienda, con una jubilación justa, con acceso a la salud. Ese pueblo que ha sido escuchado y reivindicado en sus necesidades, y puede soñar porque este gobierno le ha dado las posibilidades de soñar, de la primera casa, del primer auto, la primera moto, la primera salida de vacaciones, el primer aire acondicionado, el agua potable y las cloacas en su barrio, todas razones muy fuertes para un voto racional, aunque los conservadores no lo pueden entender, y sigan hablando de populismo como sinónimo de demagogia. Soñar hoy es ir por mucho más de lo conseguido, pero ese sueño es a partir, y gracias a lo conseguido.
Como pueden Macri-De Angeli garantizar esos sueños con los economistas del ajuste? Por qué ¡seamos claros!, la oposición no tiene propuestas, pero si tiene nombres, y esos nombres tienen mandantes, muy poderosos aquí y sobre todo fuera del país. Y sí, ¡a ellos el voto le es muy útil, y todo lo que haya que lavar para engañar, será necesario!
Para nosotros, en cambio, lo mucho que se ha logrado tiene que ver con la vocación popular de este gobierno. Vocación que significó una voluntad férrea de Néstor y Cristina de no arrodillarse ante esos dueños, es más, no solo los enfrentaron, también los desenmascararon, los denunciaron y los expusieron a la opinión del resto de los estados soberanos del mundo. El kirchnerismo puso a la Argentina en un lugar que jamás había estado, como ejemplo de Justicia y Derechos Humanos (la Convención aprobada en la ONU, por iniciativa de nuestro país, sobre la Desaparición forzada de personas como delito de Lesa Humanidad) y como estado soberano al promover, y lograr hacer votar por una amplia mayoría en las Naciones Unidas, la Resolución contra los fondos buitres, que les permite a los países del mundo ser soberanos en las reestructuraciones de sus deudas externas. Y los pueblos soberanos se alzaron para aplaudir esa Argentina insobornable. Esa Argentina que el sueño de Macri quiere arrodillar nuevamente.
¿De qué voto útil hablamos?
Propongo discutir ideas y hechos, no utilidades, por eso hablamos de conciencia, y eso es muy otra cosa. Hablamos de compromiso, y en todo caso a los que están en dudas, o no saben a quién votar, le proponemos reflexionar sobre la Argentina del 2001-2002, y la Argentina de hoy, esta Argentina protagonista de la geopolítica mundial, que mantiene lo puestos de trabajo y los salarios en un contexto recesivo.
Y este proyecto seguirá siendo para todos si sostenemos lo conseguido, si no devaluamos abruptamente, como demanda la timba financiera; si vamos por más en obra pública, -Gustavo Bordet es contundente con estos temas- si mejoramos la logística del transporte que beneficie directamente la producción y el valor agregado a esa producción, si vamos por más puertos en Entre Ríos, por más exportación y más comercio, y más estímulos fiscales a las pymes y a las economías regionales.
Esto es lo que votamos el domingo, proyectos, no recetas, soberanía, no entrega (Macri-De Angeli habrán oído habla de Scalabrini Ortiz, de Hernández Arregui, de Jauretche, de Abelardo Ramos?, de Perón si escucharon, porque lo quieren usar burdamente en su campaña). Votaremos ampliamente los Entrerrianos por un candidato, como Gustavo Bordet, que forma parte del proyecto nacional, que conoce la historia, que sabe de militancia y que demostrado capacidad de gobierno, honestidad en los manejos de los fondos públicos y liderazgo político.
No nos engañemos, no hay voto útil. Los útiles son para la escuela, útiles son las cosas. El pueblo, en su inmensa mayoría popular, hace un voto racional, emocional dirán algunos, pero que tiene que ver, concretamente, con su calidad de vida, valorando como estábamos antes, y como estamos ahora.