“Las dos hemos estado detenidas por razones políticas en tiempos de la dictadura”, indicó Subovsky. La mujer estuvo detenida durante siete años y seis meses, el mismo tiempo que duró el gobierno de facto. “Siempre digo que a la dictadura la puedo contar desde la cárcel. No la viví afuera porque me detuvieron en julio del 76 y salí después”.
En tanto, Rodríguez de Caire fue detenida el 2 de noviembre de 1976 junto con su familia. Lucy era esposa de Raúl María Caire, un dirigente de la juventud peronista desaparecido durante la Masacre de Margarita Belén. Ambas obtuvieron la libertad el mismo día, el 27 de diciembre de 1983, luego de la asunción de Raúl Alfonsín.
Las dos pasaron por la cárcel de Devoto y luego por Ezeiza. Y aseguraron que no estuvieron más seguras en prisión que afuera debido a las personas que fueron desaparecidas estando tras las rejas. “Yo recuerdo en una oportunidad que Videla iba a Córdoba que llevaron a tres cordobesas. Las sacaron como rehenes: si algo le pasaba a Videla, a ellas las mataban. A la semana las devolvieron”, recordó Domínguez. “Cada vez que Videla o la Junta se trasladaba a algún lugar del país, sacaban rehenes desde las cárceles de esos lugares. Había detenidos legales y no les importaban, hacían y deshacían a su antojo porque tenían el poder y decían en nombre de Dios, totalmente contrario a lo que versa el Evangelio”, agregó.
Subovsky militó en La Plata en la FUR (Federación Universitaria de la Revolución) y luego en la JUP (Juventud Universitaria Peronista). Debido a su paso por la FUR recibió un fuerte abrazo de Néstor Kirchner –se sumó a esa agrupación en 1970- cuando visitó Concordia, en la campaña presidencial de 2003.
En tanto, Rodríguez era militante social cristiana. “Trabajaba en la parroquia, en los barrios. Mi esposo era gremialista del Banco Entre Ríos. Militábamos cada uno con la gente, por la gente y para la gente. No por llenarnos los bolsillos”, aseguró.
Subovsky asintió. “No había especulación de algún cargo. Trabajábamos en los barrios, en la universidad, en la secundaria los chicos de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), en los gremios, los empresarios también que fueron detenidos”, manifestó.
Por último, ambas subrayaron la etapa que comenzó en 2003, con la decisión del entonces presidente Néstor Kirchner de que los Derechos Humanos sean una política de Estado. “Pone en cuestión las leyes de impunidad que existían, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que habían clausurado todo tipo de justicia y eso permite reabrir los juicios. Para mí, más allá de las condenas que se den en cada caso, es sumamente positivo que se pueda conocer y hacer Justicia y en el caso nuestro que somos sobrevivientes, hablar en nombre de los que no pueden hablar”, dijo Subovsky.
Para Rodríguez, fue una luz para comenzar a esclarecer lo sucedido en la época más oscura que vivió el país. No obstante, sabe que muchos obstáculos aún no fueron removidos. “Dentro de los Tribunales, a lo largo y a lo ancho del país, hay gente que sigue tallando en otro camino, en el viejo camino”, señaló. Y enfatizo que la decisión de la Presidenta de “democratizar la Justicia” es “brillante”. “Es un poder que nunca fue tocado por ninguna circunstancia que vivió el país”, remarcó.