Calveyra, titular de Red Alerta Entre Ríos, señaló que la provincia ocupa el segundo lugar en el ranking a nivel nacional en cuanto a víctimas de femicidios. A pesar de que hay una diferencia importante respecto de cantidad de habitantes en comparación con Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. “Estamos en la mismas condiciones que las otras en cuanto a la cantidad de mujeres asesinadas”, dijo. Asimismo, señaló que en 2012 hubo 3.000 denuncias por maltrato a nivel provincial. “Hoy se han triplicado los casos”, dijo. Y en Paraná ciudad y Paraná campaña, desde septiembre del año pasado a la fecha, hubo 740 denuncias.
En la provincia fueron asesinadas 65 mujeres del 2007 a la actualidad (18 de Paraná). “Y algunas de ellas fueron muertes evitables sino existiera falta de coordinación y fallas institucionales respecto de prevenir”, indicó.
Y 11 “femicidios vinculados” que se producen cuando el padre, por venganza, asesina a sus hijos para producirle mayor dolor a la madre. Este año hubo dos femicidios, un femicidio vinculado y dos muertes dudosas. “Son mujeres que aparecen quemadas y luego fallecen”, precisó.
Además Calveyra señaló que 81 niños y adolescentes deben vivir afrontando la ausencia de su madre. “Eso produce efectos negativos en ese niño cuando sea un joven o adulto”, subrayó. Y precisó que en la Argentina una mujer muere asesinada cada 30 horas.
Más adelante, respecto de la marcha, señaló que se superaron las expectativas previas respecto de la marcha. “Has sido masiva”, mencionó. Y señaló la importancia de reconocer el flagelo para generar políticas públicas. Y para reclamar más celeridad a la Justicia en cuanto a la resolución de los casos, de la adopción de medidas como la aplicación de sentencias y condenas. Calveyra admitió que Tribunales es el “último eslabón” de la cadena de responsabilidades en clara alusión a quienes deben velar por prevenir y erradicar estos hechos antes de que deriven en situaciones de gravedad.
En Paraná ayer se concentraron en un mural de la memoria colectiva. Allí se concentran todos los 25 de noviembre, el Día de la No Violencia contra las Mujeres. El año pasado, el mural fue derribado. Para Calveyra se trató de un hecho de “violencia institucional” teniendo en cuenta que la pared pertenece a un inmueble que es propiedad del Estado. El 11 de marzo comenzaron a reconstruirlo pero a algunos metros del que fue echado abajo.
Asimismo manifestó que el mayor deseo es que no quede el 3 de junio como un “hecho aislado”. “Hay que cambiar estereotipos y patrones culturales que nos siguen viendo como objetos, como cosas de su posesión, con derecho a explotarnos, a discriminarnos, a desaparecernos en lo que hace a la víctima de la trata de personas y a asesinarnos”, manifestó.
El patriarcado
La titular del Inadi Entre Ríos, Lucy Grimalt, indicó que la manifestación multitudinaria contra la violencia de género fue como “se venía esperando”. En tal sentido, dijo que la violencia hacia las mujeres sigue siendo “invisible” a los ojos de la sociedad. Y explicó que eso se debe a la característica misma que reúnen esos casos. Grimalt resaltó que se trata de un aspecto de la cultura vigente como el “patriarcado”. Aunque se lo negó por muchos años o se lo consideraba algo “viejo” o “insólito”.
La ex diputada explicó que todas las relaciones sociales están signadas por el patriarcado y que la violencia doméstica es una de sus características principales. “Es en lo más íntimo donde se da esa relación abusiva”, dijo. Para Grimalt, se trata de una conducta aprendida ya que los varones no “nacen golpeadores o intrínsecamente malos”.
Lo definió como una conducta aprendida de una sociedad que establece distintos órdenes de poder y el varón, por el lugar que históricamente tiene en la sociedad, “tiene el poder”. De esa forma, es quien define “la cosa pública hacia fuera” y también hacia el interior de la familia.
Pero la marcha del miércoles marcó un mojón. Un punto que puede significar un antes y un después. “Se ha manifestado públicamente que la violencia hacia las mujeres mata”, resaltó a pesar de que hay voces que disienten al asegurar que se trata de una exageración. Para Grimalt se trata de un paso en dirección a un cambio social. Lo que no implica que mañana: “todo el mundo cambia y ya no vamos a tener más violencia de género”.
Más adelante, señaló que el cambio debe comenzar en la familia al momento de educar a los hijos sin demostrar situaciones de desigualdad de poder entre varones y mujeres.
La titular del Inadi recomendó que las mujeres que padezcan una situación de violencia en el hogar deben encontrar asistencia del Estado. “Cuando ella pueda salir de ese miedo tan grande que se encuentra pueda hablar y decir lo que le pasa, pueda encontrar esa herramienta del Estado donde hacer la denuncia”, dijo.
Pero no se refería a la posibilidad de ir a Tribunales o a una comisaría a realizar una denuncia. Sino que más bien manifestó la posibilidad de hablar con una amiga que la ayude a encontrar contención en un centro de salud o en una oficina de la mujer en el municipio.
De todas formas, declaró que se ha avanzado bastante respecto de lo que existía hasta hace muy pocos años atrás. “Eran muy pocos los lugares” donde podían acudir. También resaltó la aparición de los “hogares-refugios”. Por ejemplo, en Colón se inauguró un recientemente con los elementos indispensables para brindar contención. Para Grimalt, son mujeres “aturdidas y atormentadas por años de violencia” simplemente se necesita un espacio cálido con un plato de comida caliente y una cama para ella y sus hijos donde poder pensar y tranquilizarse pensando la mejor decisión.
El mismo reclamo lo hizo hacia la sociedad en general. Por ello, señaló que espera un cambio que puede manifestarse en un familiar o vecino comprensivo que le permita a una mujer golpeada pernoctar en su casa dos o tres días hasta que la mujer pueda pensar como seguir adelante. Ya sea volviendo a la casa para enfrentar al golpeador o marchándose definitivamente.