Viernes negro, semana negra, futuro oscuro

El Gobierno insiste en su estrategia de realizar anuncios todos los días para calmar los ánimos, pero sigue corriendo de atrás al mercado. Horas antes de que abriera la ventanilla del dólar, Dujovne ofreció una conferencia de prensa para calmar inversores, tarea en la que no tuvo éxito. Su exposición fue más un pedido de clemencia para parar la “turbulencia”, como volvió a calificar la corrida que derivó en que el dólar aumentara 52 por ciento en menos de un semestre. No ofreció un plan de acción y reiteró medidas que en buena medida ya habían sido digeridas por bancos y empresas: los 7500 millones de dólares del FMI para ventas en el mercado de cambios y la absorción de letras para descomprimir los próximos vencimientos.

Caputo ofreció la misma explicación pero en privado. Se reunió temprano con los principales banqueros del país para detallar el mecanismo de subasta de dólares y pedirles, en clave de confianza entre financistas de la city, colaboración. Pero las cuestiones que motorizan la demanda se mantienen e incluso se intensificaron. Faltan dólares y el mercado será el que defina su precio.

Como todos los días de los últimos dos meses, bancos y empresas volvieron a animársele al Central, pese al cambio de cara visible, ya que el mandato del Fondo es no intervenir. No importa si esa cara es Caputo o el recientemente alejado del cargo, Federico Sturzenegger. Bastaron unas pocas operaciones a la baja en el inicio para que algunos voceros mediáticos del Gobierno hablaran de una descompresión. De inmediato cobró impulso. Al público, el precio llegó a superar los 29 pesos en pantallas del microcentro. El Banco Galicia lideró los cierres con una cotización de 29,30 pesos para la venta, mientras que el valor más alto durante la jornada fue para el ICBC (29,90 pesos). En entidades financieras en el interior del país se pidió más de 30 pesos, con algunos inconvenientes para conseguir el billete. 

Al cierre, el promedio fue un dólar de 28,85 pesos, con un aumento de 1,4 por ciento, diferencia que se eleva a 12,9 por ciento respecto de los valores del jueves de la semana pasada, previo al anuncio de acuerdo con el Fondo Monetario. En el medio de esa seguidilla, el Central volcó unos 700 millones de dólares (el martes) en el mayorista para pausar durante un día la corrida. En ese segmento, donde operan bancos, empresas y exportadores con operaciones por más de un millón de dólares, el volumen negociado fue de 590 millones de dólares, un 61 por ciento más que en la jornada anterior pero aún lejos de los montos que se transan con participación del Central y el Banco Nación. Si bien la última operación concretada en ese segmento fue a 28,10 pesos, la última oferta en pantalla del mercado abierto electrónico fue a 28,35.

La volatilidad del mercado volvió a generar rarezas. El tipo de cambio oficial volvió a cerrar por encima del precio del blue que se vende en las cuevas, el cual se mantuvo en 28,70 pesos, mientras que convertir pesos en dólares mediante la compraventa de bonos y acciones y fugarlos al exterior, conocido como contado con liquidación, costó 28,18 pesos, con un alza de 1,91 pesos. En el mercado de futuros, las apuestas elevaron la previsión de fin de año del tipo de cambio a 33,50 pesos. La expectativa será hasta dónde pueda llegar el precio el martes próximo con el nuevo supervencimiento de letras, para lo cual la cartera de Finanzas anunció la licitación de dos bonos por hasta 4000 millones de dólares en moneda dual (ver aparte), con los cuales absorber parte de los pesos de las Lebac para que no se vayan al dólar.

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