“Ahora vienen por nuestras niñas, buscan nenas de 12 años” dice Elena Moncada con preocupación frente al problema de la prostitución que es considerado “un privilegio masculino y por el cual se vulneran todos los derechos de las mujeres".
En su libro “Yo elijo contar mi historia” profundiza sobre lo que considera “un flagelo social que está naturalizado” y por lo cual propone “se tiene que hablar en todos los ámbitos para poder visibilizarlo, para sacarlo a la luz y dejar de considerar a la prostitución como algo natural, o normal”.
“Naturalizás todo, naturalizás que estás con un fiolo, que la prostitución es normal, que es un trabajo” dice Moncada y añade: “Creés que vas ascendiendo en la escala, cuando pasás a regentear a tus compañeras y te convertís en una madama” dice quien vivió durante 18 años en una red de trata y explotación sexual y que desde hace 12 se encarga de concientizar sobre las consecuencias que sufren las mujeres que son o han sido víctimas.
“La captación puede darse por la fuerza, pero muchas veces accedés porque te enamorás, que fue lo que me pasó a mí; terminás aceptando las condiciones que te imponen, entrando en un círculo vicioso: primero el amor, después la deuda, después devolverle lo que se le debe, más tarde el maltrato y la explotación”, cuenta esta mujer que hoy reconoce que “darse cuenta de todo esto es un proceso difícil, que demanda una mirada humana ante el tema de la prostitución, que no se elige como trabajo y que atraviesa todas las formas de violencia”.
Por eso para Elena la solución es hablar sobre la prostitución y bregar por la unión: “Mientras no nos unamos como mujeres feministas, mientras no haya políticas públicas, mientras no haya compromiso social, va a ser muy difícil luchar contra este problema”.
Trata de personas
Explicar los alcances del delito de la trata de personas, implica hablar de la captación, el traslado y el acogimiento en los prostíbulos donde las mujeres son sometidas a explotación sexual. Una rutina que echa luz sobre una de las formas más terribles y contundentes de la violación derechos humanos.
Para el Fiscal Federal de Victoria, Carlos García Escalada, integrante de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) que dirige Marcelo Colombo, “la prostitución es la nueva forma de esclavitud”.
García Escalada se explaya al respecto: “la esclavitud no ha desaparecido, en realidad, ha cobrado nuevas formas. El tráfico de personas, en especial de mujeres para su prostitución, es una de ellas”.
Las y los participantes de la Jornada coincidieron en señalar que “la prostitución no es un trabajo, es la expresión de la violencia hacia el cuerpo de la mujer”. Y agregan “las mujeres que están en situación de prostitución no están eligiendo. Las mujeres son víctimas de un sistema patriarcal que sigue otorgando privilegios a los hombres que consideran a las mujeres un objeto para satisfacer sus deseos sexuales”.
Alika, emblema de lucha por los derechos para las víctimas de trata
Alika es otra sobreviviente. Dice que su vida empezó el 9 de octubre de 2012, “con gritos, llantos y mucho quilombo”. Así se refiere al momento en que fue rescatada del prostíbulo Sheik, en la ciudad fueguina de Ushuaia. Es la primera mujer que llevó adelante un juicio contra sus proxenetas y contra el Estado porque lo considera “partícipe necesario” –y en connivencia- con ese esquema que otorga certificados de buena conducta y libreta sanitaria para que las mujeres puedan ingresar a los prostíbulos.
Su exposición en la charla es la última pero empieza con la fuerza de una conclusión: “ninguna mujer merece ser víctima de trata”.
Se encarga de ser explícita al hablar de este problema del cual responsabiliza en gran medida al poder político: “la connivencia de las distintas instituciones públicas como la policía, las áreas de salud, quedan en evidencia porque cuando llegás a una ciudad, vas a la policía para que te extiendan el certificado donde se deja constancia que no tenés ninguna causa penal y te preguntan quién sos, dónde vas a estar, es decir, todo el mundo sabe a qué llegaste; del mismo modo después vas para que te otorguen la libreta sanitaria, te hacen los exudados vaginales y todo tipo de estudios ginecológicos para tener el certificado de buena salud, todo eso para cuidar a los hombres poderosos que van a los prostíbulos, no a nosotras”.
Por eso ahora que está afuera, se encarga de dar testimonio de la difícil situación que deben atravesar mujeres que como ella han logrado salir de las redes. “Mi tarea en este mundo es exigir al Estado políticas públicas reales para las mujeres víctimas de trata” dice para aclarar concretamente que se refiere a la implementación por parte de las provincias de los protocolos para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, ya que por lo general “no se destina presupuesto para atender esta problemática lo que muestra que no hay una real decisión política para hacer efectivo este protocolo que –subraya- está garantizado por ley”.
Pero también Alika pide al Estado “proyectos de reinserción social, proyectos de cupos habitacionales para las víctimas de trata, acceso a la vivienda, acceso al trabajo digno, legítimo, real, a un acompañamiento psicológico para que todas las víctimas de trata puedan hacer este proceso que es muy duro, muy difícil y muy doloroso, como así también el acceso a la educación y a la salud en el caso de que fuera necesario”.
Kinan no baja los brazos aún luego de haber logrado la condena de sus proxenetas y habla del contexto y de la “feminización de la pobreza”: “La situación es muy compleja cuando hay estos escenarios político-económicos tan degradantes para con las mujeres, con políticas neoliberales, políticas de despidos, políticas de ajustes, donde las mujeres somos las primeras que nos quedamos sin trabajo”.
“Cuando la mujer se queda sin trabajo, sin opciones laborales, sin ingresos, sin posibilidades, existe un solo camino y es la prostitución” por eso remarca la necesidad de políticas públicas que permitan la reinserción social óptima, “porque si ya es complicado para las mujeres que se quedan sin trabajo y piensan en la prostitución como ‘salida’, imaginemos la dificultad que es para quienes son víctimas de trata”.
El mensaje de concientización tiene además un objetivo claro y es insistir en el reclamo para que los ‘Estados parte’ asuman los compromisos que sostiene la ‘ley de trata’ y los tratados internacionales como la Convención de Belém do Pará, el Tratado de Palermo, o los Protocolos de atención para las Víctimas de Trata y para que se designen las partidas presupuestarias.
“Este no es un problema de mujeres que están o han estado en situación de prostitución. Acá tenemos una problemática social que nos incluye a todas y a todos como sociedad. No podemos seguir haciendo oídos sordos o haciendo como que no vemos la problemática que tenemos hoy por hoy en nuestro país y en el mundo, y por lo cual tenemos que actuar”, puntualiza Alika.
DATOS
Se estima que existen 21 millones de personas esclavizadas por la trata y que el negocio mueve 32.000 millones de dólares en todo el mundo.
Existe un protocolo internacional contra la trata de Naciones Unidas que fue firmado por 117 países entre ellos la Argentina. Obliga a los países parte a prevenir y combatir la trata y asistir y proteger a las víctimas.
En la Argentina el delito de trata de personas está penado por ley. En 2008 se sancionó la ley de trata de persona, y a finales de 2012 se amplió y mejoró a través de la Ley 26842, fijando penas de 3 a 15 años de prisión
Desde abril de 2008, y hasta el 31 de diciembre de 2016, se han rescatado y/o asistido un total de 10.653 víctimas en todo el país.
Línea 145 de denuncia Es una línea gratuita en donde se puede realizar la denuncia en forma anónima.
Desde julio de 2015, la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) comenzó a colaborar con la administración de la línea telefónica 145 de denuncias. Se generó un protocolo de actuación y derivación con el Programa de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas de Trata de Personas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, quienes son los encargados de administrar la central de recepción de ese tipo de llamados.
Desde ese entonces y hasta mayo de 2016 fueron recibidas 1079 denuncias. Del total de denuncias recibidas, aproximadamente el 72% fueron derivadas a las autoridades judiciales competentes dentro de las 24 horas de su recepción.
Las denuncias se analizaron una por una, y en cada examen se tuvo en cuenta la constatación de antecedentes de investigaciones judiciales, la verificación de existencia de denuncias previas y la comunicación con los denunciantes que aportaron sus teléfonos de contacto a los fines de solicitarles la ampliación de la información recibida.
Paraná es la jurisdicción que registró más sentencias para el mismo delito: 17 fallos en total. Le siguió Mar del Plata con 14 y Rosario, con 11.
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