El presupuesto municipal, de $ 381 millones para el año 2020, está compuesto casi en un 50 % de recursos propios, $ 145 millones, y el otro 50 % de coparticipación, $ 89 millones de jurisdicción provincial y $ 140 millones de jurisdicción nacional. “Estamos casi mitad y mitad”, indicó. “Lo que sucede es que las dos recaudaciones están cayendo”, remarcó. “Tenemos como meta garantizar tanto las fuentes laborales como el salario de los trabajadores. Pero no dependen únicamente de nosotros; también depende del ingresos de los recursos públicos”, dijo.
Respecto de los gastos, la mitad de todos los recursos, aproximadamente $ 195 millones, se destina al pago de los sueldos de los 310 empleados de planta permanente, sumando a los contratados de obra y contratados de servicios. Además el municipio sostiene un programa social llamado Cooperar que emplea a 40 personas quienes, a cambio de una retribución, se comprometen a la prestación de un servicio.
El recorte de gastos se hará sobre las horas extraordinarias, gastos corrientes de combustibles, energía, comunicaciones y la obra pública. Respecto del último punto, Larrarte explicó que se priorizarán las emergencias como la rotura de un caño de agua o la obstrucción del sistema cloacal y que otras intervenciones, como asfaltar alguna cuadra, deberán esperar.
La coparticipación nacional y provincial y la recaudación propia descendieron en un nivel importante. La comparación, realizada con el mismo mes pero del año pasado, marca que el declive de la coparticipación nacional ronda entre un 30 y un 40 %, de acuerdo a un promedio general establecido dado que hay diversos tipos de impuesto. En cuanto a los tributos provinciales, Larrarte sostuvo que hoy recibieron los depósitos de la garantía de coparticipación. “La caída no es tan abrupta sino que viene un repunte bastante importante”, señaló.
Larrarte sostuvo que la reducción de las tasas locales no fue tan pronunciada como la de la coparticipación. Eso se debe a que la ciudad está en plena campaña arrocera. “Éste es el momento de mayor actividad económica en la ciudad. Empieza la trilla del arroz y empieza la época de elaboración con la consecuente liquidación de todas las operaciones de canje”, dijo. Eso le permite al municipio tener una buena recaudación de la tasa de comercio. Pero esa situación no dura todo el año.
San Salvador es conocida como la “Capital del Arroz”. El intendente sostuvo que la cosecha del grano es el sostén económico de la ciudad. “La cadena arrocera en todas sus facetas es la actividad principal. Desde los productores, los contratistas que trabajan con las máquinas, tanto para la siembra como para la trilla, los servicios profesionales que hay alrededor de la actividad”, dijo.
Además hay una estructura montada alrededor del arroz compuesta por los molinos, los talleres metalúrgicos y el transporte ya que muchas empresas productoras tienen camiones. Se calcula que hay cerca de 300 vehículos de carga que distribuyen el arroz en el mercado interno. Como la actividad nunca se paró dado que se trata de una industria alimenticia, Larrarte indicó que eso generó un poco mas de movilidad en la ciudad.