El presidente Fernández contó en una entrevista radial que ayer, martes 9 de junio, lo llamó Sergio Nardelli, uno de los accionistas del Grupo y describió que fue una «muy buena charla».
«Le expliqué con mucha cordialidad: Tengo la impresión que su empresa ha sobregirado mucho más de lo debido, y le expliqué que la medida no tiene ninguna vocación de perjudicar a nadie», aseguró Fernández.
El mandatario reiteró que el Estado sólo está buscando «rescatar» la compañía para que «siga siendo argentina» dado que por su crisis, sino, podría ser adquirida luego por muy poco dinero por un grupo extranjero. «Le dije a (Nardelli) que nosotros no estamos aquí para afectar los derechos de nadie. Él me dijo que tiene una idea para que nosotros podamos hacernos cargo de la empresa sin necesidad de expropiación», contó Fernández.
«Le dije que la expropiación es necesaria por una cuestión de transparencia, sino no se entiende cómo hará el Estado para hacerse cargo si no expropia. Insisto que es una empresa que tiene cuestionamientos por los créditos que tomó y no pagó», subrayó el Presidente.
«Tuvimos una muy buena charla con él y confío en que podemos hacer las cosas tranquilos. Esto no debería ser motivo de pelea porque lo que estamos haciendo es recatar una empresa de la quiebra y lo que intentan es mostrarlo como un gesto arbitrario como si esta fuera la regla del Gobierno», dijo Alberto Fernández.
En ese sentido, insistió con que «el Gobierno está tratando de rescatar una de las pocas cerealeras que existen en la Argentina. Son siete y argentinas son tres, porque el resto son multinacionales. Y el mercado agrícola para nosotros es muy importante. Por lo tanto tenemos que preservar esta empresa para garantizar que haya una cerealera argentina operando en el mercado internacional».
El presidente chicaneó a un Guillermo Moreno con el que viene picante hace tiempo
Fernández y Moreno intercambiaron varias polémicas públicas. Eran peleas fuertes en las que uno acusaba al antiguo secretario de Comercio de ser la encarnación de todos los males del kirchnerismo duro, y el otro le devolvía reproches por “responder” a Clarín, entre otros dardos.
Desde que Alberto Fernández empezó a carretear como presidente, el ex secretario de Comercio, reconocido como peronista al 100 por ciento, Guillermo Moreno, le ha venido marcando la cancha a Fernández y siempre apurándolo –ni por izquierda ni por derecha- con el “peronómetro”. Señalando en todo momento que este es un gobierno de coalición dirigido por un “socialdemócrata” y con un plan económico “radical”; lo que al parecer -usando metáforas futboleras- vendría a ser un gobierno de toque y toque, lujos, juego limpio, pero con indecisión de patear al arco y tendencia a perder las finales importantes.
El último cruce indirecto entre el Presidente y Moreno se dio en el día de hoy cuando hablaron, uno antes y otro después, en la mañana de Radio 10 sobre la decisión de intervenir la empresa.
En el primer turno, más temprano, habló el ex funcionario que cuestionó la legalidad de la expropiación de la compañía cerealera Vicentín, al sostener que el presidente Alberto Fernández “no tiene facultades” para hacerlo y que la medida se toma “con una ley de (el exdictador) Videla”. Para el ex secretario de Comercio «una cosa es la expropiación y otra cosa es la intervención. Son dos instancias distintas”. “La expropiación es un procedimiento legal que tiene que opinar el Congreso de la Nación», argumentó sobre la situación de Vicentin. «Imagínese lo que hubiese sido Macri si hubiese podido intervenir una compañía. Si usted le da esa facultad a Alberto se la puede dar a cualquier presidente», insistió.
El presidente respondió con una chicana que suele ser atípica en el primer mandatario y, tal vez, denota que las críticas del ex funcionario “K” le afectarían, dado que esta desición sobre la companía Vicentín efectivamente parece – siguiendo con las metáforas futboleras- un gol de los más importantes: «Es bueno que se preocupe por la legalidad y no que entre con guantes de box», disparó Fernández
“Escuché a (Guillermo) Moreno muchas veces decir que, como toda la producción se exportaba, los precios de los alimentos subían, que el trigo y el maíz no alcanzaban para el mercado interno”, indicó, y añadió: “También podría permitir tener un mecanismo adecuado para que las divisas de la exportación se liquiden en el mercado argentino”.
Para un tibio Lavagna, una respuesta tibia
Respecto a Roberto Lavagna, el presidente expresó: “No pude hablar ayer con él. Dice ‘esta idea de la expropiación no me gusta’. Bueno, a mí tampoco. Después dice ‘espero que sea para bien y no se haga como otras veces’. Ese es el gran desafío que tenemos. Yo pienso igual que Lavagna”, indicó Fernández