En los fundamentos del proyecto, el diputado socialista hizo una breve recopilación histórica destacando el papel de la Internacional Socialista del 14 de julio de 1889 en la conmemoración de este día. Allí se aprobó que cada año “se organizara una gran manifestación internacional con fecha fija de manera que, en todos los países y ciudades a la vez, el mismo día convenido, los trabajadores intimen a los poderes públicos a reducir legalmente a ocho horas la jornada de trabajo”. A partir de 1890, los partidos obreros y los sindicatos integrados en la Internacional alentaron y realizaron manifestaciones en diversos países del mundo, en petición de la jornada de ocho horas y como muestra de fraternidad del proletariado internacional.
Viale señaló en los fundamentos que “en la Argentina actual, los progresos laborales impulsados a través de leyes protectoras se vieron amenazados, relativizados y hasta volatilizados, en los años del neoliberalismo del cual aún nuestra sociedad no ha salido”. Prosigue en otro párrafo del proyecto “no es ocioso adherir a la celebración del Primero de Mayo con la misma convicción de siempre, porque nadie podrá conmemorar con felicidad el Día del Trabajador en la Argentina mientras miles de hermanos sigan hundidos en la indigencia”.
Al final de proyecto, Viale insiste en las propuestas que apuntan a la construcción de una sociedad igualitaria “la universalización de las asignaciones por hijo, la implementación de un ingreso mínimo a la niñez y la adolescencia y la vinculación de las remuneraciones del funcionariado con el salario mínimo vital y móvil u otras formas de transferencias monetarias que generen una base de supervivencia o línea de dignidad para todos y todas”. Destacó además, que este reconocimiento estaba destinado principalmente a todas y todos los trabajadores que aún que participan y luchan en organizaciones sindicales.
