Ventas bajas y alquileres altos vacían locales en el centro

Antonio Schauvinhold, comerciante e integrante de la comisión “Amigos de la Peatonal”, indicó que en el centro de la ciudad hay un 15 % de locales comerciales vacíos. “Lo que pasa es que los alquileres están muy altos y las cargas sociales de los comercios son muy grandes”, señaló.

En tanto, el presidente del Centro de Industria y Comercio de Concordia, Walter Kleiman, indicó que hace dos o tres años se produjo una demanda importante de locales. Pero la situación cambió y manifestó que se está produciendo una caída en las ventas durante los últimos meses en forma consecutiva. “Ha caído alrededor de un 9 % en cantidad de unidades comparando el mismo mes del año anterior. No hablamos de cifras porque la inflación es otra cosa pero hay rubros donde es más grande la caída”, explicó.

“Y los alquileres siguen elevados a lo que ha sido en su momento una gran demanda de locales y se ve en este momento que esa misma demanda no está igual que antes. Seguramente ha caído pero todavía no han caído los valores de los alquileres”, explicó.

En ese sentido, indicó que el mercado inmobiliario todavía no reaccionó y los alquileres no han declinado como deberían por la baja de la demanda.

 

La visión de los comerciantes

 

Un comerciante que hace décadas tiene un local de indumentaria masculina en la entrada a una galería exteriorizó su visión y dijo que la peatonal es una especie de “oasis” comercial debido a la gran cantidad de gente que camina. Y sostuvo que ese flujo de peatones no se traslada a las calles transversales a la peatonal sino que se desplaza hasta unos 50 metros de distancia y más allá ya no se vende lo mismo. Aún menos en las calles paralelas.

En consecuencia, el comerciante indicó que muchos comercios que se instalan en los alrededores, en épocas de baja venta y al no tener las espaldas económicas suficientes como otros que hace años que están en el rubro, terminan bajando las persianas.

Kleiman coincidió en parte. “Hay un lugar que es el que más centraliza que es la peatonal pero en el momento en que había mucha venta, la demanda también estaba en las calles laterales pero en este momento es como que se centraliza en esas cuadras. Y los locales más tradicionales es como que aguantan más los momentos de recesión y los más nuevos no pueden sostenerse si se les caen las ventas y entonces se cierran”, indicó.

Graciela atiende un negocio familiar de ropa para niños ubicado en calle San Martín hace 16 años que pasó a ser peatonal hace algún tiempo. Desde su punto de vista, la baja en las ventas se combina con los precios elevados de los alquileres.

Según sostiene, no recuerda haber vivido un momento de tan poca venta como en estos meses. “Esto nunca se vio. Ahí nos ves, estamos tomando mate y comiendo bizcochos” dice señalando la trastienda de donde salió un ratito antes. Eran las 9 de la mañana, el movimiento era escaso en la calle y nadie entraba al comercio.

Según explicó, debido a que es un negocio familiar pueden afrontar la caída en las ventas. Y señala el local de enfrente. “Ya van pasando cuatro negocios y nosotros seguimos”, indica. No obstante, la mujer admite que deben ajustarse el cinturón y la recomendación es atender a la gente de la mejor manera y tratar de venderle lo más que se pueda.

Susana es empleada de una tienda de lencería y mallas ubicada en calle San Luis. Hace seis años que trabaja en el negocio y sostuvo que a partir del año pasado las ventas ingresaron en un tobogán del que no se recuperan. “Antes éramos dos con la dueña y no dábamos abasto. Ahora estamos una de mañana y otra de tarde”, expresó.

Asimismo, Susana indicó que antes los sábados era un “loquero”. “Ahora miramos el reloj”, indicó. Además manifestó que debieron bajar la calidad de la mercadería que trabajan apuntando a precios más económicos para fortalecer las ventas. De igual modo, la gente que ingresa pide rebajas y rebajas. La vendedora indicó que esperaba que el panorama se revierta a partir del mes que viene con la venta de mallas.

Por Aristóbulo del Valle, a escasos metros de la peatonal, Gabriela atiende un comercio de indumentaria femenina. Según deduce, las ventas disminuyeron un 50 % del año pasado a la actualidad. Y se nota más que nada durante las fechas especiales como el Día de la Madre o el Día del Amigo. “El año pasado la gente no se fijaba en lo que gastaba, ahora se miden en todo”, sostuvo. Además indicó que a eso se suma el encarecimiento de los productos (“ya no hay remeritas de $ 50 o $ 100”) que complica las ventas y la suba de los impuestos.

Además señaló que el alquiler aumenta todos los años. En estos momentos paga $ 6.700 por mes pero en octubre ya debe renovar el contrato.

En algunos casos, los alquileres aumentan cada seis meses. Ese es el caso de un comercio de ropa juvenil ubicado en calle Alberdi, a poca distancia de la peatonal. Cristina, una de las empleadas, asegura que se paga $ 10.000 por el local. Pero mientras éste aumenta cada seis meses, asegura que las ventas cayeron un 20 %. Para colmo de males, los uruguayos ya no compran como antes debido a que no pueden cruzar mercadería por la frontera -se lo llevan puesto para que no se lo decomisen- y además tampoco la diferencia cambiaria les es tan favorable como antes. Y la clientela local compra lo que puede.

De estas vicisitudes, por ahora, no toman nota los propietarios de los locales. Para ellos la ley de oferta y demanda es la única que tiene validez. Si la demanda se mantiene, el precio no baja. Eso se desprende de lo manifestado por el dueño de un local recientemente desocupado sobre Alberdi, quien indicó que hay dos personas interesadas en alquilarlo y están pujando entre ellas para ver quien se lo queda.

 

 

 

 

 

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