
Rodríguez dijo que son 200 personas: estudiantes, trabajadores, pensionados, jubilados, niños, etc. “Las fronteras cerradas desde hace más de un año implica familias que se han desarmado. Hijos que no ven a sus progenitores, ausencias en momentos de perdidas familiares, ciudadanos de familiares enfermos, jubilados que no pueden acceder al cobro de sus haberes, docentes que no pueden ejercer sus actividades en instituciones en Argentina como en Uruguay”, etc. Además, señaló que hay personas que han perdido sus trabajos y jóvenes que no pueden cursar carreras universitarias en el país vecino, parejas separadas, etc.
“Desde hace un año, cruzar a la vecina ciudad dejó de ser algo rutinario para nosotros para convertirse en una odisea logística. Desde el 16 de marzo, quienes han accedido a la posibilidad de cruzar por el puente desde Concordia debieron atender diferentes cuestiones establecidas por autoridades del ministerio de Salud, Migraciones y Consulado”, recalcó.
Para cruzar a Uruguay están habilitados los pasos de frontera existentes en Entre Ríos. Pero para volver, se debe viajar hasta Montevideo, a 500 km de distancia, subirse a un Buquebus para cruzar el Río de la Plata y luego viajar otros 500 km de Buenos Aires a Concordia. Pero esa travesía implica exponerse en centros urbanos de alta circulación del virus, un tiempo prolongado de cuarentena y el costo económico del pasaje. Por ende, los requisitos exigidos resultan “inviables” para volver desde el país vecino.