El sábado 9 de febrero, Raúl Sánchez una persona conocida y querida de Villa Zorraquín fue maltratado con un nivel de sadismo pocas veces visto y luego asesinado por asfixia al ser introducida su cabeza en una letrina. Entre los vecinos de la villa circula la versión que quienes vieron su cuerpo pudieron observar que el nivel de dilatación del ano era tan impresionante que asustaba, era, dicen “como si le hubiesen metido una botella o algo muy grande”.
La brutalidad de ese asesinato, amerita, sin dudarlo, una especial pesquisa policial y judicial. Quienes cometieron ese hecho no pueden seguir caminando libremente, en rigor, la razón del reclamo de los vecinos y la furia con la que ayer protestaron frente al comisario que, no tuvo otra respuesta que pedirle a los manifestantes que le reclamen al juez, pues ellos hicieron todo lo posible.
El juez de la causa no es otro que Marcelo Garay cuyo accionar ha sido duramente criticado hasta por la misma justicia.
Anoche, la movida comenzó alrededor de las 20 o 20,30 con una reunión de vecinos en el local de la vecinal a pocos metros del destacamento policial, luego, decidieron solicitar una reunión con el jefe de esa comisaría y finalizó recién pasadas las 22,30, en el medio, el corte de la principal arteria de ingreso a la ciudad por el norte.