“Sabemos que son nocivas. Sabemos que en varios lados se han levantado (sacado) antenas porque se comprobó que eran perjudiciales para la gente”, manifestó. “Encima, nos enteramos de casualidad, porque cuando vimos que se estaba empezando a edificar algo en ese lugar, fuimos a preguntarle a los operarios para que era la obra y nos mintieron. Nos dijeron que se estaba por construir un complejo habitacional.” denunció. “Después nos enteramos por un vecino que trabaja en la Municipalidad (de donde se habilitó el emplazamiento) que iban a poner una antena de telefonía celular”, apuntó.
Consultado el vecino sobre si habían planteado su preocupación a las autoridades del actual gobierno local, aclaró que “así fue, pero me dijeron que la colocación de estas antenas está prevista dentro de las normas pautadas dentro del Código de Ordenamiento Territorial”, aunque destacó que “sabemos que hay legislación que no permite que se las pongan en un radio menor de 300 a 500 metros de cualquier zona habitada”.
Mas allá de la abundante y contradictoria información sobre los perjuicios que estas repetidoras de señales de celulares provocarían, Eduardo se preocupó en señalar que “en cualquier buscador de Internet vos podes encontrar información sobre lo peligrosas que son las ondas que producen estas antenas. Y no queremos que pasen los años y vayan apareciendo problemas de salud en nuestra gente”.
