La directora sostuvo que debieron apelar al recurso de la botella porque si optan por suspender las actividades cada vez que no tienen agua se quedarían permanentemente sin clases. “No es lo conveniente porque imagínense lo que es limpieza de manos; después de ir al baño también; antes de empezar con los trabajitos en los cuadernos”, explicó la directora.
Los alumnos se acostumbraron y aprendieron a no consumir el agua que traen los Bomberos Voluntarios. Pero el problema se agrava cuando deben higienizar la escuela. “A veces traemos agua de los bomberos, y si no los vecinos, porque nos dan en balde con una manguera del lado del patio”, dijo la directora.
La capacidad del tanque de agua se consume por la mañana porque al CDI acuden cerca de 60 chicos que comen allí. “Lo que no hace es subir la cantidad de líquido como para que se vuelva a llenar el tanque”, expresó Olavarriaga de Scheurmann. El problema afecta a todo el barrio, los vecinos reclaman todas las semanas pero han sido infructuosos los esfuerzos.
Caños rotos
En la escuela Nº 14, “Coronel Navarro”, se vivió una situación similar el martes pasado. Ese día se quedaron sin clases porque se rompió un caño de agua situado debajo de calle Mendiburu, a escasa distancia del establecimiento. El inconveniente afectó a toda la zona, y fue subsanado cerca de la 17 hs. por Obras Sanitarias.
Pero hoy volvió a suceder algo similar. A las siete de la mañana, en la esquina de Rca. del Paraguay y Villaguay –a la vuelta de las escuela-, una empresa constructora que trabaja en esa zona fisuró un caño de agua y el líquido se derrama a borbotones en la calle.
La rotura no afecta el abastecimiento de las aulas y los baños –la entrada de agua está situada en avenida San Lorenzo- pero si al comedor, que se abastece por calle Villaguay. Las ordenanzas tuvieron que acarrear el agua potable a la cocina, con ollas y baldes desde las canillas que tenían agua.