Consultado sobre si en algún momento se consideró la chance de incorporar bonos al paquete de instrumentos de planificación y administración financiera, aunque más no sea para proveedores y contratistas, Valiero respondió: “Nosotros no lo hemos analizado de momento porque no es un asunto cualquiera insertar un bono en el mercado”.
De todos modos, aceptó que técnicamente no debiera desdeñarse de antemano una herramienta de este tipo que al Estado le posibilite disponer de recursos extraordinarios en el corto plazo, para devolverlos conforme un cronograma, en base a una tasa de interés acordada previamente.
Igualmente aclaró que “al proveedor ordinario el Estado le tiene que pagar con la partida presupuestaria, no con bonos”, más allá de que en la práctica, los gobiernos echan mano de un crédito compulsivo cuando reciben la prestación de parte de un proveedor y demoran el pago porque no tiene recursos.
En la perspectiva del funcionario, los bonos podrían usarse ante obras de envergadura, “como alguna vez pasó con la construcción de los tres hospitales o con la extensión del colector cloacal noreste en Paraná”.
En aquella ocasión, se utilizaron para pagar una parte de las certificaciones con bonos Clase C, emitidos por 70 millones de pesos/dólares bajo autorización de la Legislatura. “Fue un bono organizado en base a un sistema de repago garantizado a futuro”, recordó Valiero, antes de opinar que “era otro contexto”.
En ese sentido, expuso que “la garantía de la Provincia para colocar un bono sería la coparticipación y, en medio de un ciclo en el que esos recursos están menguados, sin que sepamos a ciencia cierta cuándo se reacomodarán las piezas, podemos concluir en que este no es el mejor momento para instrumentar algo por el estilo”.
Fue más allá de la situación entrerriana. “No creo que ninguna provincia logre sortear esta dificultad porque, obviamente, la tasa de devolución debería ser tan alta que la opción perdería atractivo financiero”, señaló, en declaraciones a EL DIARIO.