Las mejoras y el ensanchamiento previstos para el tramo de 13 kilómetros de la ruta 12 de Uruguay forman parte de uno de los proyectos piloto que presentó el gobierno de Tabaré Vázquez para acceder a los recursos que le corresponden del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), según destacó el diario La Nación.
«La producción forestal incrementará notoriamente el transporte de madera a través de camiones articulados, siendo el año 2010 o 2011 el momento pico de dicha producción a través del funcionamiento de las plantas de Botnia, ENCE, etc.», afirma el Ministerio de Transporte y Obras Públicas uruguayo. Montevideo estima que el funcionamiento de las fábricas de pasta celulosa de Botnia y de ENCE aumentará en un 50% por año el tránsito de camiones articulados por esa ruta.
Por lo pronto, nadie en el Gobierno argentino cree que el Focem pueda aprobar este proyecto (uno de los seis presentados por Uruguay) con el actual nivel de conflicto entre ambos países. En el Mercosur las resoluciones se toman por consenso y la Argentina está muy lejos de brindar su acuerdo para algo así.
La obra proyectada por Uruguay contempla una inversión total de US$ 4.371.000 en 16 meses, de los cuales US$ 1.443.000 son aportados directamente por el gobierno local. Los US$ 2.928.000 restantes son requeridos al Focem (el aporte proporcional de la Argentina sería de US$ 790.560).
En primera instancia, en Buenos Aires hubo es estupor ante el pedido. Pero luego el gobierno argentino tomó el pedido como un baldazo de agua fría. «Es un acto de mala fe. Esto demuestra la falta de colaboración de Uruguay para resolver el conflicto», se oyó decir en uno de los pisos superiores de la Cancillería.
El Focem fue aprobado a fines de septiembre con el declarado objetivo de mitigar las asimetrías del bloque regional. Consta de 100 millones de dólares por año, de los cuales el 70% son aportados por Brasil, el 27% por la Argentina, el 2% por Uruguay y el 1% por Paraguay. Esos recursos, que deben ser destinados a proyectos productivos o de infraestructura que ayuden a la integración del Mercosur, son redistribuidos en sentido inverso a los aportes: 48% para proyectos de Paraguay, 32% para Uruguay, 10% a la Argentina y 10% a Brasil. Venezuela todavía no ha sido incorporado al mecanismo.
La aprobación tiene tres etapas. La primera es una revisión técnica del proyecto por parte de un grupo ad hoc que se reunirá el 5 y el 6 de diciembre en Montevideo. Ese dictamen es girado luego al Grupo Mercado Común (el órgano ejecutivo del Mercosur). Por último, el Consejo de Ministros del bloque (cancilleres y ministros de Economía) da el veredicto final.
Por lo pronto, los técnicos de los ministerios argentinos de Economía y Relaciones Exteriores ya comenzaron a analizar la presentación uruguaya para elaborar la posición que llevarán a Montevideo. Y aunque la mayoría de las observaciones que hicieron se refieren a los aspectos técnicos y jurídicos, en sus conclusiones dejaron en claro que «se deberá evaluar políticamente la mención que en el material de elevación del proyecto se hace de las plantas papeleras de Botnia y ENCE». En otras palabras: que nadie espere un sí argentino.