“Pensamos que productores y gobierno debemos encontrar el método para darle sentido al esfuerzo conjunto, buscarle la vuelta para seguir generando estímulos a la producción y a la inversión y al mismo tiempo generar las condiciones para el desarrollo nacional”, expuso el mandatario, quien advirtió que tanto el gobierno de Néstor Kirchner, como ahora el de Cristina Fernández, “son sin duda los gobiernos que más han hecho por el campo en la historia moderna de nuestro país. Nunca antes se había logrado una política de sostenimiento de un dólar competitivo y de miles y miles de soluciones a los problemas bancarios de los productores rurales”, añadió.
“No queremos un país sojero. Las retenciones a la soja industrializada son 0 %. Queremos la soja que da trabajo. No la soja para unos pocos. Y eso será bueno también para el campo. Y para todos los argentinos”, sostuvo luego.
Finalmente, Urribarri concluyó: “Hay discusiones pendientes que deben zanjarse con paciencia y con diálogo. Pero hay situaciones que son los pilares del modelo en el que se basará Argentina para crecer sobre los que no se puede dar marcha atrás. Y este es un caso”.
Rechazo a los cortes
Apenas iniciado el conflicto con los productores rurales, el mandatario entrerriano afirmó desde España, donde se encontraba encabezando una misión comercial, que los cortes de rutas en oposición al incremento de las retenciones “son una medida equivocada”. A la vez, consideró: “La decisión del gobierno nacional es algo que el momento exige para poder establecer equidad en la producción y en las oportunidades y para diseñar un modelo inclusivo que nos contenga a todos”.
Urribarri remarcó que el campo “ha tenido oportunidad de dialogar con el gobierno y la va a seguir teniendo”, pero advirtió: “No podemos seguir alimentando un sistema que hace que el país y nuestra provincia marchen hacia el monocultivo. Necesitamos establecer condiciones que potencien otras actividades. En la situación actual, no sólo se erosiona y gasta nuestro suelo, sino que la soja que se produce es en su mayor parte exportada a granel, sin agregar valor y sin generar trabajo”.
“Los productores tienen que entender que no podemos tener una provincia exclusivamente sojera y dejar en la postergación a otras actividades y producciones que sí generan trabajo, como la ganadería o el cultivo de arroz”, precisó luego.
“Cuando de alimentos se trata, si permitimos que los valores internacionales se vuelquen al mercado interno, se van a generar inconvenientes. Los commodities en los últimos meses han registrado un aumento muy importante. Por eso se le pide este aporte al campo, que a la vez puede mantener su rentabilidad”, finalizó Urribarri.
