El mandatario aseguró que no tienen holgura pero tampoco urgencias de caja como para “no poder esperar unos días por este aumento y en ese período escuchar las sugerencias de los dirigentes del campo. Y existe objetivamente una situación de sequía que amerita alguna consideración”.
“El problema es que cada vez que los hemos llamado para conversar sobre las cosas de la provincia y sobre cómo podemos entendernos dentro del marco de las herramientas provinciales siempre han encontrado un argumento para decirnos que con nosotros no dialogan. Son posturas que no llevan a nada y eso está demostrado”, argumentó.
Además, se interrogó acerca de la actitud consistente en insultar en vez de sentarse a hablar de los temas provinciales. “Ese es el rol de los dirigentes. Hay que saber lo que se quiere con precisión y saber pedirlo. Y hoy ninguna de esas dos cosas ocurren con la dirigencia de campo de esta provincia”, indicó.
“No somos tozudos, ni caprichosos, pero tampoco somos de retroceder sin razones. Y aquí la razón es la justicia. La decisión de aumentar el impuesto está tomada. Aún así vamos a abrir un compás de espera a ver si aunque sea por una vez podemos escuchar de los dirigentes del campo, qué es lo quieren o qué proponen”, aseguró Urribarri.
“Varios de los que invadieron la Casa de Gobierno son personas que tienen campos valuados en millones no de pesos, sino de dólares que pagan 80 centavos por mes por hectárea. Igual vamos a escucharlos, aunque está claro que vienen a pelear por no pagar los impuestos que mínimamente corresponden a semejantes patrimonios”, expresó.
Urribarri recordó que la reglamentación en curso de la ley que fundamenta la actualización del impuesto exceptúa de incrementos a los pequeños propietarios que viven en el campo. “Que el público no se equivoque: esta no es una cuestión de patria sino de bolsillo. Y el inmobiliario no tiene nada que ver con las retenciones. Esto no es un tema de producción sino de propiedad”, puntualizó el mandatario.