Las escuelas privadas, alrededor de 300 que representan el 25 % de la oferta educativa en Entre Ríos, se han sumergido en un brete financiero debido de la falta de reconocimiento presupuestario de cargos de su planta docente. Además, desde febrero último se les obligó a afrontar, con recursos propios, el pago del Fondo de Incentivo a todos sus docentes.
Osvaldo Bodeán, titular de la Asociación de Escuelas Públicas de Gestión Privada, dijo que quiere: “exponer al Gobernador la situación por la que estamos pasando a raíz de la existencia de un elevado número de cargos docentes que tienen reconocimiento pedagógico del Estado pero no cuentan con la partida presupuestaria para pagar salarios”.
El principio de cofinanciamiento –estipula que el Estado asume el pago de los salarios docentes de las escuelas públicas de gestión privada, y los institutos afrontan los gastos de mantenimiento y de funcionamiento- hizo crisis a principios de la década de 1990. “El sistema de cofinanciamiento no previó que la cuota que se cobra en los colegios tuviera como propósito abonar salarios de la planta funcional. Debido a la falta de aporte estatal, esto debió ser así pero hoy se ha convertido en una carga insostenible”, dice Bodean.
El problema se ha incrementado desde que la Nación, en acuerdo con el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop), acordó que se generalizara el pago del Fondo de Incentivo Docente, incluso a aquellos que hoy no lo perciben producto de la falta de reconocimiento presupuestario del Estado. La medida, de llevarse a la práctica, obligaría a las escuelas a ocupar recursos propios en el pago de sueldos, contrariando así el principio de cofinanciamiento, aunque muchos establecimientos están en imposibilidad real de hacerlo.
Para Bodean, el tema adquiere mayor crudeza en la Diócesis de Concordia, donde existe una alta proporción de escuelas ubicadas en zonas marginales donde el cobro de las cuotas a los alumnos se ve altamente dificultada por la situación social. “No podemos exigir el pago a chicos que van todos los días al comedor y cuyos padres no tienen trabajo”, subrayó.
Es por eso que la Asociación de Escuelas Públicas de Gestión Privada advierte al Gobierno que “el incremento aprobado para el ejercicio 2005, paso auspicioso sin dudas, podría resultar insuficiente para responder a tantos cargos y horas cátedras pendientes de reconocimiento económico. Si así ocurriera, aquellas escuelas que queden marginadas podrían ver peligrar su subsistencia, máxime que deberán intentar hacer frente con fondos propios a los incrementos salariales, muy justos por cierto, para los docentes que permanezcan sin aporte estatal”.
