Un informe realizado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) detalló que la proporción de chicos alejados del núcleo familiar es una tendencia «creciente».
IDESA destacó que «muchos países» disponen de mecanismos sociales que buscan «compensar los desafíos que se derivan de estas nuevas formas de constitución familiar». La Argentina, por el contrario, «insiste en asignar el gasto social con diseños muy rudimentarios, instrumentos de gestión obsoletos y escasa sensibilidad a la situación que enfrentan los hogares más humildes».
La Encuesta Permanente de Hogares realizada por el INDEC graficó que, «en promedio, el 30 por ciento de los niños menores de 14 años vive con sólo uno de sus progenitores», generalmente la madre, o directamente con otras personas. En los hogares de ingresos más altos, el porcentaje de niños que no viven con sus padres «es de sólo el 16 por ciento». Por su parte, en las viviendas habitadas por personas con ingresos media la cifra sube a 26 por ciento, en tanto que llega a 34 por ciento en los casos de hogares pobres.
Al respecto, el informe resaltó una «fuerte disparidad en el rendimiento escolar» de estos niños «sin importar el nivel socioeconómico», tanto que se «observa que cuando alcanzan la edad de entre 11 y 14 años el 20 por ciento está retrasado o directamente abandonó la escuela».
Para IDESA, la «vía más eficaz para compensar las desventajas que enfrentan los niños pobres», que no cuentan con el apoyo de sus dos padres, «es organizar un sistema de protección integral» que asista «a la madre embarazada, continúe con los estímulos a la buena nutrición y estimulación temprana del bebé, y se articule con la educación de alta calidad desde los 2 años de edad en doble jornada», consigna El Argentino.