En el sector del laboratorio se rompió una botella de acetato de etilo. Según confirmó la directora del hospital, Teresa Halliburton, el accidente se produjo a las ocho de la mañana. La Jefa de Laboratorio, consciente de las características del acetato, hizo salir a la gente, arrojó un balde de agua para que los vapores “queden en ese lugar y no se expandan a los pasillos del hospital” y llamó a los bomberos.
“Llegamos ahí y tuvimos que utilizar los equipos especiales para poder absorber esa sustancia”, confirmó el sargento de Bomberos Voluntarios, Juan Medina. El bombero describió a la sustancia como “altamente inflamable, tóxico y nocivo” tanto por la piel como por el sistema respiratorio. Según explicó Halliburton, se utiliza para los análisis parasitológicos.
La botella que se rompió tenía una capacidad de un litro pero “quedan todos los vapores y es imposible respirar si no se ingresa con los equipos”, precisó Medina. Tuvieron que arrojarle arena para absorber el líquido.
Los efectos que genera la sustancia en el organismo varían: van desde mareos y sofocación hasta la muerte en caso de estar respirando por mucho tiempo.
“Nosotros aconsejamos que se ventile por una hora aproximadamente y luego ya van a poder trabajar sin ningún problema”. Aunque puede quedar “un olor penetrante” en el aire, es inofensivo para la salud. El laboratorio en estos momentos está funcionando. “Está todo normal”, indicó la directora del nosocomio.