Claro que a continuación comienzan los matices. Así, la Cepal sostiene que “entre 2006 y 2009, la Argentina (área urbana) redujo la pobreza y la indigencia a razón de 3,2 y 1,1 puntos porcentuales por año, respectivamente” en tanto que la UCA plantea que “la crisis financiera internacional y su efecto recesivo no dejaron de afectar la economía, el empleo y las cuentas públicas nacionales”.
El concepto de desarrollo humano tiene en cuenta factores más abarcativos que el ingreso monetario a la hora de evaluar el nivel de bienestar de los seres humanos. Toma en cuenta también variables como la salud y la educación y las facultades con la que cuentan los diferentes estratos sociales para llegar a ella. De esta manera, al analizar la trayectoria del Índice de Desarrollo Humano (IDH) de los últimos cuarenta años en Argentina el trabajo del Pnud señala que la mejora “fue moderada”. Sin embargo, destaca que “la desigualdad en el desarrollo humano ha tendido a reducirse luego de la crisis de 2001-2002 tanto a nivel nacional como provincial, gracias al acelerado crecimiento económico y a un conjunto de medidas redistributivas y de política social de amplio alcance”.
El estudio de la UCA también elaboró un Índice de Desarrollo Humano y Social y sostiene que “el balance general 2004-2009 deja como resultado un aumento absoluto en índice de 0,6 puntos”. De todos modos, los resultados de este informe revelan que hasta el año 2007 se produjo una formidable recuperación de los índices sociales en los sectores más pobres de la sociedad y que a partir de allí se produjo un freno de esta tendencia. “Es relevante remarcar que si bien la evolución del período 2004-2007 fue claramente positiva (0,7 puntos), esta tendencia se estancó entre 2007-2008 (-0,0 puntos), cerrando finalmente el último bienio con claro retroceso (-0,1 puntos)”, revela el informe.
En el estudio de la Cepal, se indica que la reducción de la pobreza que se observa en general en Latinoamérica obedece fundamentalmente a dos factores: el crecimiento del ingreso medio de las personas y la forma en que se distribuye ese ingreso. De ese modo, destaca que en el caso argentino predominó el efecto crecimiento al encontrar las razones de la reducción de su pobreza. Sin embargo, esto no soslaya el rol que juega el Estado para que se den esos factores. En este sentido, señala que en el caso de Argentina y República Dominicana tantos los ingresos laborales como las transferencias públicas tuvieron “un incremento fuerte” que permitió “una fuerte reducción de la pobreza”. Es por eso que esta institución califica a la Argentina como el país de América latina que más redujo la pobreza en la última década y lo coloca segundo –detrás de Chile- respecto a la disminución de la pobreza infantil.
Queda mucho por hacer. El trabajo de la UCA se encarga de analizar la evolución de otros índices. Uno de ellos, el de Condiciones Materiales de Vida (Icmv), “permite computar los logros alcanzados por las personas” en lo que tiene que ver por un lado con el hábitat y la salud y por otro con el trabajo y la seguridad social. El otro es el Integración Humana y Social (IIHyS) que mide “el grado de bienestar psicosocial y de confianza política alcanzado por la población”. En una escala de calificación de 0 a 10, en ambos índices se observan comportamientos similares que al de Desarrollo Humano. En el caso del Icmv, entre 2004 y 2006 hubo un fuerte incremento al pasar de 6 puntos a 6,8 pero desde el 2006 al 2009 la marca quedó estancada en 6,7 puntos. Con respecto al IIHyS, durante el período 2003-2007, que la UCA lo califica como el de “mayor progreso socio-económico y político institucional”, la calificación pasó de 5,1 a 5,6 puntos. Pero en los años 2008 y 2009 se estacó en 5,5 puntos.
A partir de estos datos, pero entrando en un terreno más subjetivo, el informe de la UCA concluye que en la actual década se produjo un “espectacular progreso económico y político institucional” que se vio reflejado en “el crecimiento de las exportaciones, la recuperación del mercado interno y el aumento del empleo”. Sin embargo, plantea que continúa faltando “un horizonte estratégico de desarrollo capaz de convocar al conjunto de la sociedad en un proyecto común de nación”.
Otra perspectiva plantea el informe del Pnud al señalar que a partir del actual crecimiento económico se plantea el desafío de “un avance simultáneo en las dimensiones de educación y salud y continuar reduciendo la desigualdad en el desarrollo humano. Las condiciones están dadas y se han alcanzado importantes logros”, concluye.