El hollín, el humo y la intensa temperatura que propagaba el fuego que se desató dentro de la pinturería resquebrajaron parte de la mampostería y un sector de la losa del techo, de no más de 2 m², cedió y cayó al suelo. Además de los 100 litros de pintura, el fuego calcinó ventanales de vidrio, tres computadoras, una calculadora, tres estantes de madera, carteles y varios papeles.
Bravo recalcó que las llamas no llegaron al sector donde se encuentra los solventes, como thiner, dado que son líquidos sumamente inflamables y la intensidad del incendio hubiese sido mucho mayor.
Cerca de las 23, las dotaciones de Zapadores y Voluntarios terminaron el trabajo en la pinturería. Aunque las causas aún no fueron esclarecidas, Bravo estimó que un cortocircuito en la instalación eléctrica fue el detonante del hecho.