“Mándeme a la cárcel si quiere. Esto ya se juzgó y se volvió a abrir. Está fuera de la Constitución”, manifestó Franco tras incurrir una y otra vez en serias contradicciones. Minutos antes, el fiscal Leandro Ríos había solicitado que se lo detenga por el delito de falso testimonio, ya que en su declaración de este lunes –además de reseñar hechos distintos ante las mismas preguntas- agregó aspectos novedosos en su relato que habían sido omitidos previamente.
El tribunal, compuesto por Marcela Badano, Marcela Davite y Hugo Perotti, ordenó la detención del testigo, quien se negó expresamente a seguir declarando.
Tras darse por terminada la etapa de recepción de prueba, este martes comenzarán los alegatos. Tras la exposición del Ministerio Público Fiscal llegará el turno de las querellas, representadas por Rubén Pagliotto e Iván Vernengo, quienes disertarán junto a otro letrado encargado de la demanda civil. Luego expondrá Marcos Rodríguez Allende, quien tiene en sus manos la defensa de Lisandro Rodríguez, Diego Salvador y Jesús Salvador López.
Los testimonios
Franco atravesó un careo con Zárate, ya que surgían de sus testimoniales dos relatos muy diferentes sobre lo que había ocurrido la noche previa a la desaparición de Gorosito. Según Zárate, el joven desaparecido y el yerno de Franco –apodado “Cachuli”- tenían problemas personales, lo que llevó a que se enfrentaran en la calle. La pelea incluyó disparos de armas de fuego por parte de Gorosito, pero sin ocasionarle ningún daño. Sin embargo, no descartó que una de las balas haya rebotado e impactado en el domicilio de Franco, motivo por el que esa noche efectuó la denuncia policial en la Comisaría 11º. Los testigos no se pusieron de acuerdo sobre este episodio, aunque el testimonio de Franco mostró aspectos confusos.
Por otra parte, esta persona negó que haya realizado la ampliación de su denuncia el día 16, contrariamente a lo que indicó en una audiencia pasada. Lo llamativo de ese testimonio, que en un primer momento ratificó, es que relataba haber visto a Gorosito dos días después de su desaparición, caminando frente a su domicilio. Al conocerse el resultado de la pericia caligráfica, dijo que él no amplió su denuncia, sino que fue a ver cuándo lo iban a llamar “por el asunto del tiroteo”. Más allá de sus contradicciones, la conclusión de los técnicos es que la rúbrica de ese documento no pertenece a la misma persona que concurrió a la Comisaría 11º el 13 de febrero a la madrugada, por lo que se estaría en presencia de una falsificación, cuyos responsables deberán determinarse.
Al comienzo de la audiencia hubo un careo entre Zárate y Pedro Ramón Pesoa, alias “Gastón”. Esta persona le habría dicho a quien acompañaba a Gorosito cuando fue detenido que vio el episodio, por lo que luego se lo habría instado a declarar. No hubo acuerdo entre las dos versiones: mientras Zárate ratificaba su versión, Pesoa la negaba diciendo que aquél lo había amenazado, sosteniendo incluso que ambos se conocían sólo “de vista”.
“Mi vida corre riesgo, como la de mi familia”, había dicho antes de declarar, ya que se encuentra preso en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná. Sin embargo, afirmó no saber “nada” y atribuyó su inclusión en la causa como supuesto testigo a un conflicto personal con Zárate.
El fallo de la Procuración General
Los imputados Rodríguez, Salvador y López fueron absueltos en el proceso llevado adelante en 2004 por el mismo hecho, pero la familia de Gorosito apeló la decisión –ratificada en una primera instancia por el Superior Tribunal de Justicia- hasta que la Procuración General de la Nación ordenó hacer lugar a su queja, declarar procedente el recurso extraordinario y dejar sin efecto el pronunciamiento apelado, por lo que instó que se realice un nuevo juicio. La Corte Suprema de Justicia, con la sola disidencia de Carmen Argibay, compartió e hizo suyos “los fundamentos y conclusiones del señor Procurador Fiscal”, Eduardo Enrique Casal.
El magistrado consideró que el fallo se sustentaba en afirmaciones dogmáticas, ya que se había rechazado la posibilidad de incluir una testigo clave que relató haber visto a Gorosito –quien entonces contaba con sólo 19 años- en el momento en que era llevado por las fuerzas de seguridad.
