El acceso a la vivienda de los maleantes se habría producido por la puerta abierta de un balcón que tiene la casa sobre el frente, estimándose que para hacerlo habrían “escalado” por la pared aprovechando esa circunstancia. Fue alrededor de las 3:30 de la madrugada. Los malvivientes entraron al domicilio, despertaron al matrimonio en su dormitorio, para luego traer al mismo a la pequeña hija, les taparon el rostro con ropa y luego revisaron la casa. Lo llamativo es que los afectados, en virtud de las penumbras reinantes en las que se desarrolló todo, nunca vieron ningún arma –ni de fuego o blanca- blandida por los intrusos, pero a pesar de ello, acataron todo lo que les decían. Presumiblemente, buscaban algún tipo de botín en especial, -incluso preguntaban por cuestiones, negocios o artículos que la familia desconocía en su totalidad- pero al no dar con el mismo, terminaron llevándose algo de dinero chico que los propietarios de la finca tenían en sus billeteras (unos $200) y algo de joyería.
Tras esto, abandonaron el lugar dejando a la familia atada. Afortunadamente, la hija de la pareja logró desatarse para luego liberar a sus padres y dar aviso así a la policía local, que por estas horas investiga el hecho pero con pocas pistas sobre los autores del mismo. No hubo lesiones y, según el testimonio de las victimas, el trato fue relativamente cordial. Los delincuentes permanecieron en la vivienda por casi una hora y media.
