Rotman recordó que todo surgió a partir de la idea de que “el Estado puede elaborar medicamentos”. En 2001, en plena crisis, los presupuestos “no alcanzaban para nada”. En ese momento, el 70 u 80 % “se iban en medicamentos”. En esos días, hubo una reunión de los directores de área porque la Provincia estaba dividida en Regiones Sanitarias (1 Paraná, 2 Concordia, 3 Concepción del Uruguay y 4 Gualeguaychú). “Planteamos la necesidad de hacer que los presupuestos alcancen porque ante la crisis no había un peso”, indicó Rotman.
En consecuencia, comenzó a rondar la idea de elaborar medicamentos básicos. “Nos pareció una utopía a lo primero”, confesó. No obstante, en el hospital “J.J. Urquiza” de Concepción del Uruguay comienzan a trabajar con algunos comprimidores que tenían disponibles. “Los elaboraron de tal forma de que el control de calidad lo hacía el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). Salían unos medicamentos excelentes”, indicó.
En ese nosocomio se llegaron a elaborar 21 genéricos distintos. Paralelamente, al Felipe Heras fueron donados por el gremio de los empleados de CTM dos máquinas: una comprimidora y una mezcladora. “Empezamos y elaboramos siete u ocho genéricos de excelente calidad”, indicó. Los elementos fueron llevados a Asodeco (la sede de Cafesg en la actualidad). Al mismo tiempo, en Gualeguaychú una familia que se trasladó a EEUU donó una planta modelo donde se manufacturaba un antibiótico.
“Empezamos a pensar el porqué la provincia no podía tener una planta provincial con los recursos humanos. Tenemos la experiencia suficiente y sabíamos del ahorro”, indicó. Del control se encargaba la UNER (Universidad Nacional de Entre Ríos). En ese entonces, el costo de los medicamentos genéricos estaba “cinco veces más abajo que el más barato en plaza”.
Las autoridades en aquel entonces optaron por establecer la fábrica en Federal. “Estaba el lugar físico: el hospital viejo, el Urquiza. En ese momento estaba intrusado por distintas familias”. El IAPV se encargó de otorgarles viviendas y el hospital quedó libre. “Rápidamente Arquitectura, bajo un modelo de planta piloto que se había planificado, empezó a edificar”, manifestó.
Además, la ciudad del norte entrerriano fue seleccionada porque, a criterio de Rotman, “un gobierno tiene la obligación de descentralizar un poco”. Además, admitió que el norte “históricamente siempre fue más castigado”.
Las autoridades concebían otorgarle la posibilidad de construir 48 medicamentos genéricos distintos. El programa REMEDIAR (un programa de la Nación que entrega medicamentos esenciales a la población más vulnerable) maneja 36 genéricos distintos. “Con eso cubre el 80 % de las primeras consultas”, expresó.
En la primera etapa se iba a elaborar cremas, comprimidos y jarabes. Para la segunda etapa estaban planificados inyectables, y para la tercera etapa, sueros. “En las tres etapas cubríamos el 100 por 100 de los medicamentos descartables y de la farmacia del Iosper y estábamos en condiciones de proveer a otras provincias”, señaló Rotman.
En el país hay 42 fábricas estatales. “La Universidad de Córdoba tiene, la planta modelo está en Río Negro, que fue la primera que se hizo; hay en Corrientes, Misiones, Santa Fe”, ejemplificó.
Luego del recambio del gobierno en 2003, el proyecto fue archivado. El médico no se explicaba las razones por las que el Estado no se preocupa por este tipo de cuestiones. “Llegan gobiernos elegidos por el voto popular y no se ocupan. Hay que tener en cuenta que los medicamentos son una cosa muy sensible en los hospitales”, expresó.
Inclusive, mencionó que el proyecto había progresado enormemente. “A través de Naciones Unidas adquiríamos toda la aparatología”, mencionó. Por un lado, rescató la transparencia del organismo. “Es insospechado de cualquier problema que puede haber en la compra”, explicó Rotman. Además a través del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo).se había adquirido el 50 % de la aparatología. “El otro 50 % estaba depositado en una cuenta especial”, añadió.
Rotman desconoce que sucedió con el dinero entregado ni con el depositado en la cuenta. “No sé lo que pasó con todos los compromisos con las fábricas de maquinarias”, agregó. El ex-funcionario radical recorrió varias veces el edificio. “Es un edificio que se hizo exclusivamente para funcionar como laboratorio”. Tiene una planta de agua especial y filtros y de aire especiales. “La gente que iba a trabajar podía vivir ahí”, añadió
“Es inexplicable, es un pecado capital, es muy grave lo que hizo el gobierno anterior de haber archivado eso. Con el ahorro que se producía eso, en un año se pagaba toda la aparatología”, explicó. “Es muy mezquino pensar que por una cuestión política se archivó todo. Si actuaron así, es muy mezquino”, reafirmó. Hace cinco años: “con $ 18 o $ 20 millones se podía elaborar medicamentos para todo el año y para todas las familias. En cambio, habíamos calculado que para todos los hospitales, los centros de salud y para la farmacia del Iosper no se iban a gastar menos de $ 100 millones”.
Por último, indicó que la comisión de Salud pedirá una audiencia al gobernador Sergio Urribarri. “Los resolvimos hace un mes atrás, cuando se hizo un seminario en Villaguay”, expresó. “La salud no anda bien, no creo que sea lo más adecuado poner a una contadora (Graciela Traverso) a cargo de la secretaría de Salud. El concepto del contador es que le cierren los números y en salud tienen que cerrar los indicadores biológicos: que tengamos menos desnutrición, mortalidad infantil, mayor vacunación”, indicó.
Regulador de mercado
El director del Hospital Delicia Concepción Masvernat, Orlando Elordi, sostuvo que más allá de la ubicación, todos están de acuerdo “tanto personal técnico como lineamientos políticos de cualquier origen” es que indudable el beneficio del desarrollo de medicamentos genéricos. “No solamente en el costo-beneficio hacia el paciente sino también en el sentido de que los costos son muchos más bajos y también actúan como un regulador de mercado de los precios de los medicamentos”, dijo. Es que el precio de mercado no sólo está conformado por aquellos medicamentos de marcas tradicionales “sino que el genérico también comienza a hacer presión con los menores costos”.
En base a ese punto, señaló que es indiscutible el beneficio de la producción de genéricos. “Después tenemos obviamente la importancia no solamente de poder llegar a tener una planta de producción provincial, como otras provincias, no sólo para proveer internamente las necesidades de consumo que estamos teniendo de los hospitales o centros de salud sino también para poder trabajar con otras provincias”, expresó.
En el hospital señaló que “hasta el momento se ha podido dar respuestas todas las necesidades de medicamentos”. Incluso, mencionó que “la gente tiene que conocer que el hospital está sujeto a un montón de medicamentos que se consumen por fuera del vademécum, o medicamentos especiales de alto costo o de menor consumo que hasta ahora lo hemos podido ir comprando”.
El hospital gasta entre un 60 y un 65 % de su presupuesto en medicamentos. “Esta es una charla que nosotros tuvimos con el ministro Giano hará unos cuatro meses donde, analizando los costos hospitalarios, tratábamos de ver cual eran los lugares para actuar de tal manera de poder tener un alto impacto de costo/beneficio”. En otras palabras, poder elaborar los medicamentos de uso masivo en el hospital: antiobióticos, antihipertensivos, hipoglucemiantes. “El impacto económico se vería muy fácilmente”, señaló Elordi.
Resguardar la calidad
La ex-titular de la sucursal XXIV del Pami y a cargo del hospital Felipe Heras a fines de la década del 90, Patricia Ledo, sostuvo que la posibilidad de contra con una fábrica estatal de medicamentos generaría “cambios importantísimos porque el Estado, tanto el nacional como el provincial, podría ser productor de algún tipo de medicamentos que estén a su alcance”.
En cuanto al porcentaje del presupuesto que se llevan los medicamentos, en general “se lleva un 30 o 40 %. Realmente es muy elevado”. Ledo explicó que el Pami es distinto del hospital. El Pami directamente tiene convenios con la industria farmacéutica; el Pami no compra genéricos, acuerda los descuentos con las empresas multinacionales farmacéuticas”.
En cambio, los hospitales públicos “tendrían muy buenas posibilidades de negociar buenos precios con los laboratorios si pudiera pagar en tiempo y forma”. No obstante, lo que suele suceder es que los hospitales “siempre tienen un atraso en sus partidas; tienen más gastos de los que reciben. Cuando vos no tenés dinero en el bolsillo es difícil que te hagan una rebaja porque el que te fía no te va a rebajar”. Para ledo, el problema es “permanente” cuando se podría, con el mismo dinero, se podrían realizar “mejores compras negociando el precio”.
En cuanto a los genéricos, sostuvo que debe resguardarse su calidad. “Deben tener las garantías de calidad necesarias; deben estar controlados por el Anmat y deben cumplir las reglas como para que tengan la misma eficacia terapéutica que el resto de los medicamentos”, indicó Ledo. “La calidad tiene que ser la misma o mejor que la mejor fábrica farmacútica”.
Asimismo, indicó que las marcas comerciales “se abusan” de los precios de los medicamentos. “hay laboratorios que venden drogas a precios exorbitantes y solamente es por el nombre comercial. Ese tipo de drogas es perfectamente reemplazable por un buen laboratorio vigilado adecuadamente por el ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) que es el control que tenemos en el país”.
A mediados de los 70, la médica hizo la residencia en el Hospital Posadas, ubicado en Capital Federal. El nosocomio es uno de los pocos que aún quedan bajo la órbita de la Nación. En ese momento, el Posadas ya tenía su propia producción de medicamentos. “Me acuerdo de opiáceos, morfina, meperidina. Muchos analgésicos, antinflamatorios”. “Lógicamente, un laboratorio no puede fabricar todo”, indicó. La fábrica podría centrarse en los medicamentos que abarcan un 30 % del presupuesto: analgésicos, antihipertensivos. “Me han comentado otros compañeros que en otros hospitales de Buenos Aires desde hace mucho tiempo las farmacias tienen profesionales farmacéuticos y fábricas pequeñas de producción que abarataban los costos hospitalarios”.