Al aeroplano se le plantó el motor en pleno vuelo y el piloto, de 35 años y con licencia comercial para pilotar, debió descender sobre un descampado que sólo es transitado por vecinos que fabrican ladrillos ubicado a 1000 metros al oeste de la finalización de calle Ricardo Rojas. Debido a lo escabroso del terreno, el descenso fue accidentado y la avioneta quedó plantada de nariz en el sueldo y semidestruida. No obstante, el piloto salió por sus propios medios.
El avión quedó bajo custodia policial por temor a que sufra algún intento de robo. Además se deben preservar la estructura para que pueda ser analizada por los peritos de la Junta de Aviación Civil que es la que tiene jurisdicción en los accidentes aéreos. En tanto, el piloto se encontraba en horas de la noche en el Aeroclub.
Las consecuencias del accidente fueron solo materiales pero pudieron haber sido diferentes si el motor se hubiese plantado en momentos en que la avioneta volaba sobre la ciudad. La avioneta estaba realizando propaganda sonora de un parque de diversiones que se inaugura mañana en la zona de la Estación Norte.