El reclamo más importante es el blanqueo de la porción del salario que se abona con adicionales informales. Se trata de una cifra cercana a los $ 390 ($ 240 no remunerativos ni bonificables y $ 150 remunerativos y no bonificables). Sobre un sueldo mínimo de $ 1480, la parte que se abona “en negro” se acerca al 30 %. El sindicato quiere “blanquear” $ 150 antes de fin de año. “Nos parece algo lógico y no es nada traído de los pelos”, dijo.
A principios de año, los municipales habían acordado discutir en junio el tema pero recién ahora pudieron abordarlo. “Y ahora nos contestan que tenemos que esperar hasta el año que viene”, señaló Barberán.
La semana pasada, los empleados municipales realizaron medidas de fuerza en los lugares de trabajo. El viernes llevaron a cabo un paro general. “Fue todo muy contundente. Inclusive fue mayor el viernes en el paro general con un 96 % de adhesión a la medida”, dijo el secretario general.
Luego de la reunión que comenzará a las 19, la asamblea decidirá si sigue dialogando o retoman las medidas de fuerza. El 14 de abril pasado, el sindicato confeccionó un acta acuerdo con el Ejecutivo. Barberán aseguró que algunos de los puntos no fueron respetados. Inclusive, resaltó que los incumplimientos infringen ordenanzas municipales y algunos artículos de la Constitución Provincial. “Esperemos que se cumpla con el acta convenio, con los puntos que faltaban que eran importantes”, indicó.
Entre ellos, Barberán enumeró los ascensos. “Nosotros tenemos un sistema de ascensos automáticos que deberían haber ascendido 105 personas en agosto que todavía no le han pagado”, mencionó. También reclamó por las asignaciones familiares: en la municipalidad se pagan $ 102 por hijo y los empleados reclaman $ 135, la misma suma que abona la provincia.
En cuanto a Higiene y Seguridad Laboral, las condiciones laborales en algunos sectores son bastante precarias. Barberán reclamó elementos de protección y recalcó que en algunos lugares hay paredes electrificadas y otras que se están por caer. “Hay una escuela municipal que tiene una pared electrificada; en el Cementerio hay cuestiones que no son normales y en el basural municipal hay una situación muy delicada”, expresó.
Respecto del Cementerio, el sindicalista recalcó que no se invirtió en el edificio y, por ende, éste se cae a pedazos. En el basural –es un predio a cielo abierto y en sus márgenes viven 160 familias- no hay planta de residuos patológicos. Además, “los empleados no tienen lugar donde guarecerse”, enfatizó. En el lugar debe haber una guardia municipal las 24 horas durante todo el año.
También mencionó que la oficina de Turismo, ubicada enfrente al Cementerio –ambos situados en la entrada a Concepción- colapsó hace un año y medio el sistema de agua y cloacas. “Tienen desniveles en las oficinas y a los empleados que trabajan ahí les da bastante vergüenza atender a los turistas que vienen en esas condiciones”, señaló Barberán. “De noche hay una zona roja en ese lugar y hay antecedentes muy poco felices”, añadió.
Por último, Barberán recalcó que el paro sigue siendo “un último recurso” a pesar de que se mostró efectivo respecto del acatamiento obtenido. “Preferimos que nos vayan cumpliendo y seguir trabajando pero si no nos dejan otra alternativa, la asamblea resolverá”, indicó.