Un taller amigo

El director de Tránsito, Carlos Varela, expresó que el intendente Gustavo Bordet firmó el mes pasado un convenio con la secretaría de Transportes de la Nación. “Todavía no nos llegó el original para ratificarlo por decreto”, expresó. Mientras tanto, en la municipalidad trabajan con una copia del fax.
“Nos estamos reuniendo con las empresas de transporte”, indicó Varela. La primera duda que surgió de parte de los dueños de los colectivos fue saber si están obligados a pasar por el taller verificador las unidades líneas que firmaron un convenio antes de que se sancione la ordenanza. “Estamos haciendo la consulta ante la dirección de Asuntos Legales para definir que empresas y en que condiciones se deben ajustar a la verificación y cuales pudieran tener que esperar a que se firmara una nueva concesión para incorporarse a este sistema”, indicó Varela.
De las nueve líneas que circulan en la ciudad, seis (1, 2, 5, 6, 8 y 9) firmaron sus contratos antes de que los concejales anteriores sancionen la norma. “Las últimas tres líneas están en condiciones ya de ir a la verificadora”, sostuvo. Se trata de las líneas 3, 4 y 7. Varela explicó que, una vez que adjudicada la línea, “se debe firmar un contrato y en el contrato se especifica bien cada una de las pautas que se debe seguir. Para no caer en la ilegalidad es que se realiza esta consulta legal”, explicó el titular de Tránsito.
La municipalidad debe realizar una inspección semestral. Por lo tanto, antes de fin de año se efectuará el correspondiente a la segunda mitad de 2008. “Si no tenemos una respuesta en los próximos días vamos a disponer la verificación en los talleres municipales de manera de que no pase más tiempo”, sostuvo Varela.

“Respetemos el pliego”

César Osvaldo Morán es el presidente de la Cámara de Transportes de Concordia. Explicó que la verificación técnica no se implementó porque la cuestión “pasó a manos de los abogados” debido que el pliego de condiciones dice que: “debemos acudir a verificación a los talleres municipales”. “Por el momento, respetemos las condiciones del pliego”, pidió. “Después cada licitación que salga, ahí se ve si estamos en condición de ir o no ir. Pero respetemos lo que firmamos”, recalcó Morán.
La verificación técnica se debe realizar en el taller de Motortest, ubicado al sur de la ciudad sobre la ruta nacional 14, porque es el único que se encuentra habilitado por la secretaría de Transportes de la Nación en el departamento Concordia. “Tengo entendido que Motortest exige vidrios que vinieron de fábrica templados que acá en Concordia es imposible porque viven rompiendo los vidrios, parabrisas y todo”, explicó.
Además, Morán recalcó que el deterioro de las calles es tan acentuado que no pueden exigir amortiguadores y barras estabilizadoras. “Un colectivo 0 km. estando dos meses en Concordia reventó de cuajo todo eso. Primero pongamos las cosas en condiciones: nosotros exigimos que por lo menos arreglen bien las calles”, planteó el titular de la Cámara.
“Usted va para el barrio San Pantaleón; para Benito Legerén o Villa Adela es un desastre. Barrio Nébel no se puede ni entrar”, agregó. Morán no exigió que los recorridos de la todas las líneas estén pavimentados pero al menos en buen estado. “Hay lugares donde no se pasa la máquina”, indicó.
El titular de la Cámara indicó que si los abogados resuelven que todas las unidades indefectiblemente deben atravesar el taller verificador, deberán acordar las pautas de exigencia. “Sabemos que si tenemos que ir allá, van a tener que ir el 90 % bien en condiciones. Día a día ellos van a exigir más y más, entonces nosotros también tenemos que entrar a exigir”, argumentó. Si la revisión técnica se realizara hoy, el 60 % de los coches “queda afuera”.

“El boleto no sirve”

Inevitablemente, el precio del boleto de colectivo es otra cuestión que tiene vínculo directo con el estado de los colectivos. “En estos momentos, el boleto no sirve”, aseguró. El ticket para circular dentro de la ciudad cuesta $ 1,50 mientras que el pasaje a Benito Legerén vale $ 2,10 y a Villa Adela $ 1,80. Aunque reciben subsidios para comprar gasoil, Morán explicó que los repuestos “se han ido a las nubes”. “Ayer me rompieron dos ventanillas y son $ 400 los dos vidrios”, sostuvo. “El colectivo tienen que cortar más de 200 boletos para poder solventar eso”, añadió.
Morán apuntó que mañana (hoy) se reunían con los propietarios de empresas de colectivos de Paraná, Gualeguaychú, Gualeguay y la Paz. “Vamos a estudiar el tema del aumento del boleto porque vienen aumentos de subsidios pero vienen para la ciudad de Buenos Aires. Las provincias a ese subsidio no lo va a ver”, indicó.
El precio de un pasaje, para el titular de la Cámara, debería estar “arriba de los $ 2”. El parámetro en el que se basó para el cálculo fue que en el año 70 con el precio del pasaje se compraban dos litros de gasoil. “Hoy prácticamente necesitamos dos boletos para pagar un litro”, explicó Morán.
Los colectivos han perdido pasajeros por la venta de motos, los “motomandados” y la competencia de los remisses. “Nos han robado muchos pasaje. Si bien el sol sale para todo el mundo exijámosle a todo el mundo porque al transporte urbano lo está matando todo eso”, indicó Morán.

Rotura, polvo y tardanza

Enfrente a una de las esquinas del hospital Felipe Heras espera el colectivo María Celeste. Todos los días temprano por la mañana debe tomar la línea 2 para ir a trabajar al nosocomio y al mediodía para regresar a la terminal de ómnibus. “Siempre cuando viajo está lleno, demora en el recorrido y el aspecto del colectivo es de terror”, indicó. “Una vez viajaba y se explotó la ventanilla de un vidrio”, indicó.
Además, explicó que habitualmente debe esperar entre 20 y 30 minutos cuando la frecuencia estipulada en el pliego establece 10 minutos entre coche y coche. “Perdiste uno y son 20 o 30 minutos hasta que pase el otro”, sostuvo María Celeste.
A una cuadra del Heras esperaba el colectivo de la línea 3 Yanina, una enfermera, quien diferenció las unidades más nuevas de las más antiguas. Cuando te tocó viajar en una de las últimas, indicó que “es horrible”. Aseguró que los asientos están en mal estado y “falta limpieza” debido a que encuentra “mucho polvillo”. El tiempo de espera tampoco es el óptimo: “depende, a veces 30 minutos; a veces 15”.
En la intersección de Entre Ríos y Uruguay aguardaba a una unidad de la línea 2 Alicia, una docente. “En realidad los colectivos no están en buenas condiciones. Se quedan; se paran y no andan más. Cuando se para alguno se hace un espacio de 20 minutos o media hora”, indicó. Estimó que los percances de ese tipo suceden “una vez al mes más o menos”. También indicó que: “a veces andan sin frenos o por lo menos es lo que yo creo”.
Cinthia hacía tiempo en la misma esquina mientras intentaba divisar la silueta del colectivo acercándose por Entre Ríos. De tanto en tanto, debe tomar las líneas 7 y 1. En referencia a la primera, sostuvo que “es la única que anda bien en Concordia”. En cambio, sostuvo que la semana pasada observó a un interno de la 1 que “iba llenísimo con gente que sobresalía o iba colgada de la baranda de la puerta del colectivo”.
Además, sostuvo que los asientos están “mal porque (están) rotos y no tienen comodidad”. Incluso, también puntualizó que no tienen acceso para las personas discapacitadas “como hay en Buenos Aires”. “No todos los colectivos pero uno o dos que tengan rampa y asientos para personas discapacitadas”, indicó Cinthia.
Andrea esperaba un interno de la línea 5 parada en la esquina de Alem y Entre Ríos. Rescató el estado en el que se encuentra la empresa. “Por el servicio y el mantenimiento de los colectivos creo que es la mejor”, argumentó. Su apreciación no es la misma para la 1. “El 1 es horrible; un desastre. La falta de mantenimiento es total; viajás en polvareda y te bajás en polvareda. Por ahí te quedás en cualquier lado, una hora para que llegue otro”, recalcó. Aunque los dos colectivos la llevan al mismo destino, dijo que si aparece el 1 prefería “esperar un poquito más” y subirse al 5.
Un grupo de pasajeros espera la llegada de un colectivo de la línea 6. Mirta es uno de ellos. A diferencia de la línea que estaba esperando, de la cual subrayó el buen servicio, lamentó el estado de los colectivos de la línea 9. Diariamente debe ir hasta la Cafesg (es promotora de salud) en uno de los coches pintados de amarillo. “Es un desastre; están en mal estado, se rompen; hay asientos rotos”, explicó. Para Mirta, cuando una unidad se descompone “hay que esperar una hora”.

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