El incidente se registró poco después de las 0.30 en una vivienda situada sobre la calle Vázquez, en cercanías del arroyo Antoñico del barrio Giachino. Allí se encontraba la familia Ortiz, el matrimonio y dos hijos pequeños –de 3 y 6 años– mientras que afuera un grupo de personas charlaba y consumía alcohol y droga como durante todo el día, indicaron los vecinos que dialogaron con UNO. De pronto se desató una pelea entre dos jóvenes del grupo. Al parecer, Ortiz salió a la puerta a observar qué pasaba y al intentar separar a los revoltosos apareció otro sujeto que le descerrajó un disparo a muy corta distancia, a quemarropa. El disparo impactó en la parte toráxica del muchacho y le provocó una gran herida, por lo que Ortiz cayó ante la atónita mirada de su familia. Uno de los agresores huyó luego de apuñalar en la mano izquierda a Juan Carlos Ortiz hermano de la víctima, que intentaba ayudar a su familiar para que no se desangrara. En tanto que el presunto autor del disparo mortal, identificado como Pablo Arenales, de 23 años, domiciliado en barrio Las Flores fue detenido por la Policía inmediatamente y trasladado al hospital a raíz de un profundo corte en el hombro izquierdo que le habría propinado otro sujeto que se encontraba en la zona observando el conflicto.
En medio de la desesperación la familia Ortiz pidió ayuda a gritos, al igual que lo hicieron quienes salían de sus casas a observar lo que sucedía. Los vecinos entendieron que ante la demora del arribo de la ambulancia era atinado mover al herido para trasladarlo en un automóvil particular al centro de salud Carrillo. Sin embargo, el certero disparo que recibió Claudio Ortiz, que cursaba 3º año en la escuela nocturna Bavio, fue determinante y perdió la vida antes que alcanzara a recibir la atención de los médicos.
En manos de Toloy
La investigación para intentar esclarecer el violento episodio empezó de inmediato y está a cargo del juez de Instrucción Héctor Toloy. En principio, se descartó por completo que se trate de un ajuste de cuentas, ya que la víctima era ajeno al problema que ocurrió en la calle. Una vez que llegó personal de la comisaría sexta y de Homicidios al barrio ubicado en el sector oeste de la capital provincial, se empezaron a recabar testimonios y se iniciaron los peritajes que permitirían recolectar las pruebas para incorporar a la causa iniciada por Homicidio Simple.
UNO diálogo con María Zanabria, tía de la víctima, quien señaló que “al menor lo detuvimos nosotros en calle Montiel y Don Segundo Sombra y lo entregamos a la Policía”. La mujer, acongojada e indignada, reclamó que se haga justicia por la muerte de su sobrino y que “la muerte de Claudio no se convierta en un homicidio más sin esclarecer en Paraná”.
Más adelante indicó: “Esperemos que desde ahora la Policía pase más seguido porque así no se puede vivir más”, manifestó la mujer junto a Vicente Ortiz, padre del soldado asesinado. Este fue el crimen número 15 en lo que va del año.
Barrio de luto por la muerte de Claudio Ortiz
En cada casa los vecinos resaltaban la honestidad y la conducta intachable del joven soldado voluntario asesinado. “Toda la tarde estuvimos llamando a la comisaría sexta, porque estos hijos de puta de Arenales y Céspedes andan molestando a los vecinos y robando a las mujeres, pero la Policía no pasó jamás”, indicó una mujer domiciliada en cercanías de la casa de los Ortiz.
Los llantos de dolor de la familia Ortiz se escuchaban desde la puerta de ingreso a la casa “llegó de la escuela, estaba en su casa con sus hijos, que él adoraba, y lo mataron estos delincuentes”, señaló Paola, hermana del joven asesinado envuelta en lágrimas. Un vecino, que prefirió mantenerse en el anonimato, aseguró que “Arenales hace poco golpeó y le robó la pistola a un policía y anda suelto como si nada. Ortiz era un chico ejemplar no se metía con nadie, trabajaba y estudiaba”.