Un segundo mandato con perspectivas diferentes

La contracara de la esperanza que se abre de ahora en más se refleja en el pasado: en los cuatro años que finalizaron el martes 10 de diciembre pasado. En Concordia la situación fue muy compleja. La recesión económica que envuelve a la actividad económica pública y privada en el país se fue agudizando en los últimos años. Las provincias y los municipios no salieron indemnes. Hasta el 2017, “tanto Nación como provincia como gran parte de los municipios el aumento de la recaudación lograba acompañar la inflación”, dijo Sierra.

Sin embargo, desde 2018 en adelante, el crecimiento de la recaudación, en términos reales, no nominales, comenzó a quedar por debajo de los ingresos. Por ello, la gestión debió priorizar la austeridad a la hora de gastar para no terminar los balances con déficit presupuestario. Sierra destacó que los cuatro años pudieron cerrar con equilibrio presupuestario. Pero, para ello, con una recaudación que no alcanzaba los niveles de la inflación durante 2018 y 2019, debió afinar el lápiz rojo y comenzar a tachar erogaciones.

Se restringieron gastos de todo tipo y máxime en el rubro salarios, que se lleva más del 50 % del presupuesto. “Dentro de ese ajuste del gasto entraron los sueldos de los empleados municipales”, sostuvo.  Si bien en 2016 y 2017 los aumentos fueron por encima de la inflación en los dos últimos años, esa ecuación se invirtió y los empleados perdieron poder adquisitivo. “El gasto  se tuvo que ajustar a la recaudación sí o sí; era la única forma de lograr que la municipalidad siga estando en equilibrio”, recalcó Sierra.

Entre las cuestiones a favor, Sierra destacó que al menos pudieron fortalecer el stock de las disponibilidades. “Estábamos muy expuestos que cualquier cosa que pasara pudiéramos entrar en un estado de cesación de pagos”, dijo. Por ejemplo, hace poco ingresó un embargo por un juicio entablado por un empleado municipal que afectó $ 2,5 millones de las cuentas municipales. “No nos paso nada porque están fortalecidas la disponibilidades del municipio, eso nos da una tranquilidad que no la teníamos cuando comenzó la gestión”, señaló.

Pero el ingreso de recursos de otras jurisdicciones comenzó a tambalear.  La primera baja que sufrieron todas las jurisdicciones provinciales y municipales en 2018 fue el Fondo de la Soja. “Era plata que venía de las retenciones a la soja y un  porcentaje importante iba a los municipios para financiar obra pública”, dijo Sierra.

Otra fuente de financiamiento hace dos años que está congelada a pesar del recalentamiento de la economía debido a la inflación. Se trata del convenio con Salto Grande. Sierra destacó que el municipio percibe valores irrisorios. “Prácticamente no aporta nada”, indicó. Y recordó que se está desdibujando la letra del mismo porque lo que se paga desde CTM tiene más que ver con que la represa no pague la tasa comercial que con la letra del convenio en sí. “Concordia en su momento pretendió cobrar la tasa y se terminó con un convenio cuando el juicio ya estaba para sentencia firme en la Corte Suprema”, dijo.

A ello se suma la falta de renovación del convenio de la provincia con el municipio por la atención en los centros de salud. Si bien no costeaba todos los gastos, si una parte que resolvía una situación importante para el único municipio de Entre Ríos que tiene a su cargo la atención primaria de la salud.

Y si algo faltaba era el desfinanciamiento municipal debido a la caída de la recaudación como resultado directo de la aplicación del modelo económico que llevó adelante el gobierno macrista. “Si queremos cuantificar cuanto se perdió en este 2019 por todo esto que estoy hablando: perdimos $ 200 millones que podían haber estado en el municipio para distintas finalidades”, expresó el asesor.

La situación social de la ciudad no corrió por senderos diferentes que el camino de deterioro de las arcas públicas del municipio. El 1° de octubre pasado, el Indec reveló que el índice de pobreza del país creció al 35,4 % y Concordia es el conglomerado urbano  de mayor nivel de pobreza, 52,9 %.

Las perspectivas para los próximos cuatro años son diferentes. Llega un gobierno con un paradigma diferente al que gobernó estos cuatro años. Pero desde el municipio miran con cautela el panorama. En primer lugar, Alberto Fernández asume con una herencia muy pesada. “Lo que recibió Macri lo agravó notablemente”, dijo Sierra. Según explicó el país está muy cerca del default dado los importantes vencimientos de deuda con el FMI y la imposibilidad de poder pagarlos así como están planteados por lo que deben ser refinanciados. “No hay forma de que pueda pagarlos”, dijo. Y también cerca de padecer una hiperinflación. “El nuevo Presidente va a tener que tener una muñeca muy fina porque son las dos cosas que tiene que despejar en el corto plazo”, sostuvo.

Por ahora Alberto Fernández adopta medidas de coyuntura para atender a los sectores más necesitados para que la situación social no se desborde. Entre ellos, los jubilados y las capas más débiles de la sociedad que padecen hambre lisa y llanamente. El plan económico para saber hacia dónde va la Argentina comenzará a salir más adelante a la luz pública.

Pero la expectativa reside en que la Nación pueda salir adelante. Y con ella Concordia. Hay muchos proyectos de obra pública que solo esperan los recursos para ponerse en marcha. “Ya tienen los diagnósticos y los proyectos hechos. Solo falta el financiamiento”, dijo. No solo la planta de tratamiento de líquidos cloacales o la remodelación del aeródromo para transformarlo en un aeropuerto de cargas. También hay en carpeta obras de menor complejidad como extender el asfaltado o el cordón de cuneta a las calles que no lo tienen.

Las palabras de Cristina vertidas ayer en La Matanza, al asistir a la toma de mando del intendente Fernando Espinoza, cuando hizo referencia a las desigualdades entre ese distrito y la ciudad de Buenos Aires y planteó al mismo tiempo que hace falta una mejor distribución de los recursos, no pueden pasar desapercibidas para Concordia.  “La Matanza tiene 325 km, viven 2 millones 400 mil compatriotas y el presupuesto del año 2019 ha sido de 10 mil millones de pesos. La Capital Federal, con 100 km cuadrados menos, la misma cantidad de habitantes y menos necesidades, tuvo un presupuesto de 350 mil millones de pesos”, dijo según publicó Página 12.

Cristina aprovechó para fustigar al macrismo y se refirió al Paseo del Bajo como “un túnel para que a los vecinos de Puerto Madero no les molesten los camiones mientras el resto de la Ciudad se inunda”.

Las palabras de la vicepresidenta apuntaron al verdadero problema. El sistema de gobierno del país “de federal no tiene nada”, dijo Sierra. El 85 % de los recursos se los queda el Estado Nacional. “Estamos en un país absolutamente centralista y esta cuestión de que todo queda en manos de la Nación y poco en manos de las provincia y ni que hablar de los municipios. Eso hace que uno tenga que caer en el gobierno nacional”, dijo el asesor económico.

Pero no se trata solo de ir a recorrer ministerios y golpear puertas en Buenos Aires. Primero se debe tener la capacidad para elaborar los proyectos. Y por el otro, tener afinidad y construir buenas relaciones con el gobierno nacional. Ambos casos se dan en Concordia. “El tener el mismo color político, Nación, Provincia, Municipio: ahí sí vamos a estar muy beneficiados”, indicó.

 

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