El paradero de Tozzo –quien al momento de la Masacre de Margarita Belén era teniente primero del Ejército- fue determinado después de un pormenorizado seguimiento telefónico a sus familiares directos, varios de los cuales tienen domicilio en Hasenkamp y María Grande, donde son dueños de los respectivos canales de cable, según lo informa Análisis Digital.
Cada uno de ellos tenía interceptado el teléfono por disposición judicial y allí fue que se pudo verificar desde dónde llamaba Tozzo. Al parecer, el militar prófugo siempre se comunicaba desde el hotel de Río Janeiro donde se alojaba desde hacía un buen tiempo y seguía de cerca tanto los negocios como las novedades familiares.
Norberto Tozzo, uno de los diez militares que el juez federal de Resistencia, Carlos Skidelsky, ordenara detener el 30 de abril de 2005. A Tozzo y Athos Gustavo Renés, Aldo Martínez Segón, Rafael Carnero Sabol, Luis Alberto Pateta, Ernesto Jorge Simoni, Horacio Losito, Ricardo Guillermo Reyes, Germán Emilio Riquelme y Jorge Alcides Larreteguy –ya fallecido–, se los sindica como responsables del fusilamiento de una veintena de presos políticos de la dictadura en la Masacre de Margarita Belén, el 13 de diciembre de 1976.
En los primeros meses se pensó que Tozzo podría encontrarse en el interior de la provincia de Entre Ríos, donde es propietario de una radio de FM y de un canal de cable, pero no pudo ser detenido. Después de eso se lo buscó en Capital Federal, pero siempre sin resultados positivos. Inclusive, su abogado defensor, Carlos Pujol dijo que podría estar en España, aunque tampoco fue localizado.
Tozzo fue apresado en 2003 y un mes después fue liberado junto a los otros nueve represores por orden de la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia, que falló a favor de un hábeas corpus presentado por el defensor oficial en beneficio de los militares.
En esa oportunidad también le fue revocada la competencia a Skidelsky, pero en 2005 un tribunal ad hoc le devolvió la competencia al magistrado chaqueño y éste ordenó inmediatamente volver a detener a los represores. En esa oportunidad todos ellos acudieron al llamado de la Justicia, menos Tozzo.
La Masacre de Margarita Belén ocurrió en la madrugada del 13 de diciembre de 1976, cuando efectivos del Ejército trasladaron a un grupo de presos políticos que previamente habían sido reubicados en la Unidad Número 7, donde los torturaron y luego, fingiendo un traslado a Formosa, los subieron a un convoy de camiones militares y patrulleros. A la altura de Margarita Belén los hicieron bajar y los masacraron.
Los militares inventaron una historia oficial, según la cual los presos –militantes de la Juventud Peronista y de Montoneros– habían intentado escapar en dos vehículos, ayudados por un comando guerrillero. Sin embargo, pronto se demostró la falsedad de esta versión. De hecho, se supo que la masacre había sido planificada en los días previos y que las autoridades militares de la provincia estaban en conocimiento de lo que pasaría.
De hecho, en la investigación había estado imputado el fallecido jefe del Ejército Ricardo Brinzoni, quien fue durante la dictadura secretario general de la Gobernación. El propio Brinzoni había dicho en mayo de 2001 al diario chaqueño Norte que lo ocurrido en Margarita Belén había sido “una operación militar para eliminar delincuentes terroristas”, tras detallar que aquello consistió en “un fusilamiento encubierto de detenidos”.