Un paseo visual entre rejas

La ordenanza Nº 34101, sancionada en diciembre de 2009, dispone “el carácter de uso público” del parque lineal, “exclusivamente peatonal, en el tramo comprendido desde la avenida San Lorenzo al Sur, hasta calle Castelli y Brown al sur”. En el artículo 8º establece que el paseo “deberá estar abierto en horario diurno de 08:00 a 19:00 y permanecerá cerrado en horario nocturno”. Además exige que se defina un responsable por cuadra elegido por los propietarios frentistas para realizar la apertura y cierre de los portones. “A tal efecto deberá confeccionarse un registro el que será dirigido y coordinado por la Dirección de Parques y Paseos”, indicó.
En la práctica nada de eso sucede. Un comerciante, cuyo local se encuentra a metros del arroyo por calle Quintana, explicó que los vecinos tienen las llaves y son los encargados de abrir los candados. De tanto en tanto se abren las rejas para limpiar o para que algún chico del barrio pueda utilizar el parque.
Además, el vecino indicó que es la mejor alternativa porque antes pasaba “de todo” en el parque. Por un lado, señaló que el paseo era usado por desconocidos para drogarse o tener relaciones sexuales. Pero, además, indicó que era inseguro para los vecinos y más de una vez se metían los “carreros” con caballos o se arrojaba basura. “Mirá, y eso que esta cerrado”, dice señalando una rama de un árbol cortada que alguien dejó a la altura de la verja.
María, una vecina del parque lineal a la altura de Urdinarrain y Brown, explicó que los vecinos decidieron cerrar las rejas. “El problema es la inseguridad en la ciudad actualmente y anterior también y para evitar daños más fuertes”, dijo. La mujer sostuvo que los portones están cerrados desde hace mucho tiempo. “No es de ahora”, dijo. “Cada uno cuidamos nuestros lugares, mantenemos el paseo como podemos y viene gente de la municipalidad, una vez cada tres meses o cada dos meses a cortar el pasto. Cuando está muy crecido, ahí aparecen”, manifestó.
No obstante, algunos vecinos ampliaron su propiedad avanzando sobre el parque. En el triángulo que forma la esquina de Güemes y Laprida con la traza del arroyo, un vecino sale por una puerta trasera que da al paseo y riega las numerosas plantas alineadas al borde del solado. Asegura que en su caso, el paso está cerrado porque el tramo forma parte de su propiedad.

“Es para la gente esto”

El criterio de cerrar no es compartido por todos los vecinos. Diego vive casi en la esquina de Concejal Veiga y Sargento Cabral, por donde pasa el entubado. La reja permanece abierta todo el tiempo porque “los chicos vienen a andar en bicicleta, a andar en patines, para que no anden en la calle”.
“Si vos venís lo vas a ver sin el candado hasta de noche. El portón siempre está abierto”, expresó. ¿No tuvieron problemas por los robos? “No, ni un problema. Ahí tengo herramientas en el fondo y nunca jamás. Ni yo ni mis vecinos han tenido algún problema. En el fondo tampoco sino sabríamos enseguida”, dijo señalando el parque hacia calle Ramírez. Incluso, explicó que un candado no es suficiente para detener a quienes delinque. “Vienen, lo abren, te lo cortan y entran a robar. Si quieren hacerlo, lo hacen”, dijo Diego. Según sostuvo, tampoco encontró basura. “Cero basura”, dijo.
“Es para la gente esto. Esta hecho para eso; para que no haya accidentes con los chicos que andan en bicicleta. Hay gente grande que viene a andar en patines a la tarde, en los rollers”, explicó el vecino.
Otro vecino del arroyo que comparte el mismo criterio es Pedro Ramos, propietario de una compraventa ubicada por calle Güemes, a poca distancia del parque lineal. “No entiendo mucho de leyes pero todos los arroyos deben ser libres de circulación”, dijo. “Para que sea paseo… vos paseás por donde hay libre circulación; si te dicen que vayas a pasear a un corral de rejas, no podés pasar”, indicó.
Además, manifestó que: “el olor a podrido que sale de este arroyo cerrado que no tiene en verano parangón para poder decir lo que pasamos los vecinos”. Lo comparó con el olor que emana del Yuquerí que es contaminado por las fábricas que no tiene pileta de decantación. “Antes cuando el arroyo corría a cielo abierto se podía, ahora no se puede”, señaló. “Acá la culpa la tenemos todos, la intendencia municipal que no hace absolutamente nada hace 20 años, sólo paga el sueldo de los 6.000 empleados que tiene”, indicó.

Invitación a los vecinos

El presidente del Concejo Deliberante, Mariano Giampaolo, lamentó que no se cumpla la ordenanza que regula la utilización del parque. “No se puede ingresar cuando se debería ingresar normalmente”, indicó. “Por eso hablábamos hace unos minutos con el concejal Santana de la posibilidad de avanzar en este tema sin tomar decisiones unilaterales y vamos a promover, mediante invitación, a una reunión con todos los vecinos del parque”, indicó.
La intención es arribar a un acuerdo que permita modificar la ordenanza o aplicar la vigente. Para ello, sostuvo que se debe pensar en una ecuación que atienda los planteos de los vecinos que viven en el lugar y los intereses de toda la comunidad. “El parque lineal es un paseo público, como cualquier otra plaza, y está pensado para toda la sociedad, no para el sector por donde atraviesa”, manifestó.
Un vecino sugirió que, para evitar que se cometan delitos en el interior del paseo, el municipio designe serenos que se desplacen por todo el recorrido. Giampaolo recordó que ya debieron hacerse cargo de los problemas de inseguridad en algunas plazas como la Urquiza, 25 de Mayo o la España, pagando adicionales a la Policía para que vigilen “con un costo bastante importante”. Por ende, dijo que si bien es cierto que se podría organizar un sistema de serenos, por lo general se termina recurriendo a la Policía.

Estacionamiento gratuito

En el artículo 5º prohíbe “el acceso y estacionamiento de vehículos en el área” y sólo se admitirá “el ingreso de vehículos al Parque Lineal en aquellos casos de emergencia, como ser ambulancias, bomberos, patrulleros o similares”. No obstante, en la esquina de Laprida y Vélez Sarfield, dentro de la traza del viejo arroyo, se pueden observar vehículos estacionados.
Giampaolo aseguró que junto con la concejal Gloria Warner debieron intervenir porque dos vecinos utilizaban parte del parque para estacionar sus vehículos. “Esa situación por lo menos provisoriamente se corrigió aunque hemos recibido algunas denuncias y vamos a volver a intervenir de que ha habido utilización indebida del parque”, indicó.
De la limpieza del parque se ocupan dos cooperativas contratadas por el municipio, cuya concesión vence el próximo mes. “Le hemos requerido y en algunas ha mostrado bastante predisposición limpiando automáticamente; en otras hemos tenido el reclamo de la irresponsabilidad de los vecinos de otras partes de la ciudad que de noche lo utilizan como un basurero”, dijo el presidente del Concejo. Una de esas zonas es el tramo que quedó al margen de la obra.

El tramo inconcluso

En el artículo 10º de la ordenanza se dispone que el Ejecutivo, a través de las áreas competentes correspondientes, “proceda a la consolidación del Parque Lineal en los tramos cerrados, particularmente en el comprendido entre las calles Andrade y Santa María de Oro, debiéndose concretar la liberación de la totalidad del área que alcanza la ex traza del Arroyo concordia, a los efectos de consolidar el aliviador de caudales extraordinarios”.
No obstante, el tramo del arroyo al norte de Andrade se transformó en un baldío. Al respecto, el ex concejal Eduardo Miranda, quien vive sobre Alem a metros del antiguo cauce del curso de agua, recordó que cuando la obra llegó a esa manzana tropezó con un inconveniente. “Hubo dos o tres vecinos que reclamaron propiedad sobre lo que era el arroyo”, señaló. Los vecinos alegaron que durante muchas décadas -cuestión que data de sus padres y abuelos- habían pagado el impuesto inmobiliario sobre la superficie que incluía no sólo las casas sobre Brown sino también los fondos que se prolongaban hasta la orilla este del arroyo.
“Esta gente recurrió a la Justicia y originó, de parte de la empresa constructora, la no construcción del paseo lineal”, explicó. En consecuencia, el sector abandonado se convirtió en un basural relleno de escombros. “Y también se convirtió en una especie de pequeña selva o bosque que dio lugar a que anidaran ahí ciertas alimañas como ratas”, señaló. Del lado de Andrade se montó una pared de chapas que choca de bruces con la estética del parque lineal.
“Para colmo de males, la vieja proveeduría de la carne, ese edificio grande que está inmediatamente pegado a lo que era el arroyo, se ha proyectado sobre el viejo cauce y han construido una entrada para camiones de gran peso”, añadió el ex edil. Pero, frente al garage, se encuentra un desagüe por donde se canaliza el agua que corre por la cuneta de Alem. Miranda dijo que en algún momento se puede intensificar el ingreso de camiones: “originando alguna ruptura y nos vamos a inundar”.
Asimismo, argumentó que el paseo fue diseñado para que todos lo pudieran disfrutar. “Una vez construido el (entubado del) arroyo, que tuvo en contra a mucha gente entre ellos gente muy idónea en la materia entre ellos Castría, a manera de homenaje a este hombre que falleció, quedó un paseo para que la gente vaya a refrescarse los días de verano o a tomar sol en invierno. Pero está permanentemente cerrado”, indicó. “Hay un vecino que tiene las llaves y la abre a su antojo”, agregó. Miranda señaló que el criterio de cerrar para preservar el paseo “no tiene sentido” porque sería lo mismo que cerrar las plazas “porque la gente es destrozona y no cuida las cosas”.

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